Hace días que estoy bloqueada con los post del blog.
Primero, me parece que es mas de lo mismo, que tanto seguido me aburre.
Despues, que los ratos en los que Simon me deja, los ocupo para mi. Y si no esta en casa, porque lo lleve a lo de Yamila, le dedico un rato a las plantas, y al trabajo de la tienda on line.
Y finalmente, escribir por escribir no me va.Ayer busque entre los archivos, lo planeado para este mes…y nada che.
Asi que como todos los Jueves antes de ir a Yoga, hicimos los repartos pendientes, y hablando con una amiga de la casa (clienta desde el comienzo de la tiendita on line) llegamos a la intriga que inspiro el post hoy:
¿Por qué que las criticas ( y no hablo de las constructivas), por minimas que sean, nos condicionan mas que los buenos deseos y halagos que puedan hacernos?
¡¿Por qué?!
¿Por qué si alguien no le gusta lo que hacemos, nos quedamos con esa espina por semanas y semanas? Incluso hasta el punto de no queres publicar, trabajar etc…
¡¿Qué es lo que nos pasa?!
Si amamos lo que hacemos, porque antes que nada, lo que hacemos nos representa. No hay nada mas fuerte y personal que eso. y si a otro no le gusta, ya fue!
Laura, mi profesora de Yoga, ante este planteo me sugería que podrían ser formas de autoboicot. Como si no tuvieramos con el resto, nuestra mente colapsaría ante eventos como el comienzo de una carrera, o de un emprendimiento. Incluso, ante el crecimiento personal o laboral…
No se, me dejo pensando…¿No saber manejar las criticas es autoboicot?
¿A ustedes que les parece? ¿Le ha pasado?