Cuando el frío aprieta, las calefacciones y plantas de interior de nuestros hogares comienzan a trabajar a pleno rendimiento. Sin embargo, lo que a nosotros nos parece una temperatura agradable puede no ser tolerado por nuestras plantas. De hecho, la mayoría de las especies de interior no soportan ambientes extremos, ya sea por exceso o por defecto, lo que puede repercutir decisivamente en su desarrollo.
Lo que comúnmente conocemos como plantas de interior son, en realidad, variedades que, en su hábitat original, están en el exterior. Por ejemplo, el ficus común en Madrid ha de cultivarse dentro de casa, mientras que en la costa mediterránea se puede ver en jardines o como parte del paisaje urbano.
Es decir, cada ejemplar de plantas de interior tiene su hábitat allí donde los factores de crecimiento son los mejores. El resto de variables ya entran dentro de un proceso de adaptación que puede llevarse a cabo con mayor o menor éxito.
Los tres factores fundamentales que intervienen en la vida de la planta son el agua, la luz y la temperatura. Una combinación adecuada de estos tres elementos (más algunas variables como la tierra o el abono) proporcionará el ambiente más saludable para su crecimiento.
Sin embargo, el problema está en que en viviendas y oficinas la temperatura está condicionada a nuestro bienestar y no al de las plantas.
"La calefacción crea una sensación agradable en las casas, a costa de secar el ambiente", nos explica Pablo Morales, de Arte y Paisajes Urbanos S.L. La humedad desciende y nuestras plantas salen perjudicadas. "Para solucionarlo habría que difuminar el agua de riego en las hojas con frecuencia". La tasa de humedad relativa ha de superar siempre el 50%: "un truco para lograrlo puede ser dejar un plato con agua debajo de la maceta y rellenarlo a medida que se vaya evaporando el líquido".
Focos de calor y ventilación
Cuanto más homogénea sea la distribución de la calefacción en el hogar, mayor será la tolerancia de la planta al exceso de grados.
Los radiadores eléctricos de inducción o los de agua logran una difusión más adecuada del calor, ya que se reparte de un modo uniforme por toda la casa.
Por su parte, son más perjudiciales los de aire caliente, que secan el ambiente, y los de resistencia eléctrica, que provocan picos muy elevados de calor en zonas muy localizadas.
Los puntos calientes (radiadores, bombas de calor) han de estar alejados de los vegetales. "No sólo dañan las plantas", señala Pablo Morales, "también pueden llegar a quemar las hojas con un leve contacto. Además, se acelera el proceso de evapotranspiración, por lo que necesitarán más agua".
Según nos explica el experto de Arte y Paisajes Urbanos S.L., "la temperatura ideal depende de cada ejemplar, pero, en niveles normales, una planta de interior necesita entre 15 y 20º C". Evitaremos excesos si se ubica lejos de la fuente calórica, para que la corriente de aire caliente no incida directamente sobre su follaje. Sin embargo "conviene no olvidar el factor luz, para no situarla en un lugar muy oscuro, ya que sería tan negativo como una temperatura elevada".
Respecto a la ventilación, "no es necesario renovar el aire de la habitación muy frecuentemente para que la planta pueda desarrollarse", señala Pablo Morales, "con la ventilación normal del uso de la casa es suficiente, en tanto en cuanto la temperatura no se salga de los intervalos aconsejados".
Las especies más adecuadas
Existen variedades que se adaptan mejor a los excesos de calor que otras. A juicio de nuestro experto, las plantas que mejor soportan la calefacción son "la dracena (fragans, marginata, deremensis, etc), el ficus decora y el anthurium (en general toda la familia de las araceae)".
Todas estas especies proceden de lugares tropicales (Sudamérica, África...), donde alcanzan el tamaño de árboles. Para obtener resultados espectaculares y disfrutar de ellas en todo su esplendor, más que en casas particulares, deberíamos cultivarlas en invernaderos. Si esto no es posible, sigue estos sencillos consejos durante el invierno: tus plantas lo agradecerán.
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Imágenes/ Flickr: kozumel, parchen