La Sábila (Aloe vera) es una de las plantas medicinales más populares en todo el mundo porque sus beneficios para la salud humana son casi incontables. El problema está en que muchos desean o tienen esta planta en sus jardines, pero pocos saben cuidarla y aprovechar aún más, sus beneficios.
La popular Sábila, Aloe vera. Descripción general
Aloe vera es una especie de planta suculenta que pertenece a la familia botánica Xanthorrhoeaceae y puede alcanzar más de 20 cm de altura (solo el tallo) sin contar el largo de las hojas terminales. Generalmente crece de forma erecta y el tallo es poco visible por la disposición en roseta de sus alargadas y gruesas hojas; solo se observa cuando las hojas basales se secan y caen. Las hojas son alargadas (+/- 45 cm de largo por +/- 6 cm de ancho) con forma de lanza (lanceoladas) y generalmente con el ápice ligeramente curvado hacia abajo. El borde de las hojas posee estructuras con forma de dientes de color blanquecino o verde claro. Las hojas tienen coloraciones verde-grisáceas aunque en plantas jóvenes, son de color verde claro con numerosas manchas blancas.
Fotografía de la Sábila, Aloe vera
Existen varias especies de Aloe que se confunden con la Sábila; son prácticamente idénticas. Solo debemos conocer que las flores de la Sábila son amarillas y no rojas como las otras especies con las que se le confunde. Las flores aparecen en una inflorescencia erecta individual que puede alcanzar casi un metro de altura; El tallo floral puede albergar más de 40 flores las cuales, se disponen helicoidalmente y muy compactas en él. Las flores son cilíndricas e inclinadas hacia abajo; el perianto de color amarillo y con 2-3 cm de largo.
Distribución geográfica de la Sábila, Aloe vera
Esta especie se encuentra distribuida en la actualidad en casi todo el mundo por las numerosas propiedades medicinales que posee. Es muy común de encontrar en África tropical, la cuenca mediterránea, Centro y Sudamérica, el Caribe, algunas localidades de los Estados Unidos y parte de Asia y Europa.
Consejos para el cultivo de la Sábila, Aloe vera
Para que las propiedades curativas de esta especie hagan efecto de la mejor manera, esta planta debe crecer fuerte y saludable. Aquí les dejamos algunos consejos sumamente útiles para que nuestra Sábila crezca al 100 %.
Iluminación: Puede crecer a pleno sol aunque se recomienda algunas horas de sombra al día. Si deseamos cultivar esta especie en interior, debemos proporcionarle un sitio donde reciba luz intensa pero filtrada.
Temperatura: Tolera temperaturas inferiores a los 15° pero empieza a deteriorarse cuando bajan de los 5°C. Las temperaturas ideales para esta especie deben encontrarse estables entre los 20-28°C. Temperaturas bajas acompañadas de una alta humedad son mortales para la Sábila.
Humedad: Este aspecto es esencial en la vida del Aloe vera porque no tolera humedades muy altas. Las humedades altas pudren rápidamente las hojas y provocará la muerte de la planta. Si cultivamos nuestra Sábila en el exterior es necesario que reciba un flujo de aire moderado que sea capaz de secar las hojas después de las lluvias o el riego.
Sustrato: Tolera casi cualquier tipo de sustrato pero debe tener un PH ligeramente ácido para que el crecimiento se vea beneficiado. La tierra debe ser 100 % permeable y en tierra firme debe tener cierta inclinación para que el agua escurra con rapidez. Para mejorar el drenaje de la tierra debemos mezclarla con gravilla y algo de arena gruesa.
Frecuencia de riego: La Sábila es una planta que necesita poca agua; el exceso la matará rápidamente. Los riegos deben ser profundos y la frecuencia varía respecto a la estación del año o el lugar donde crece (macetas o tierra firme). En verano y otoño debemos regarla 2 veces al mes y en invierno con un solo riego basta. Si crece en maceta debemos regarla en verano 1 vez semanal. Aunque existan patrones de riego, yo recomiendo regar cuando el sustrato esté completamente seco.
Cultivo de Sábila, Aloe vera
Abono: Las plantas jóvenes no deben ser abonadas con fertilizantes químicos; deben ser replantadas una vez al año e incorporar al nuevo sustrato, algo de materia orgánica. Cuando nuestra Sábila tenga más de 3 años la podemos abonar con fertilizantes químicos 2 veces al año.
Multiplicación: Se multiplica fácilmente por acodos. Los acodos se extraen de las raíces de la planta madre con ayuda de un objeto filoso y desinfectado. Debemos dejar el acodo un par de días a secar para luego, plantarlo en la maceta deseada. El acodo debe tener unos 15 cm o más para aumentar la probabilidad de éxito.
Plagas y enfermedades: Las principales patologías que se pueden observar están asociadas a malos manejos de cultivo, ejemplos: Si las hojas se observan algo arrugadas y delgadas puede deberse a falta de riego o excesiva transpiración de la planta provocada por la calefacción; Si las hojas crecen de forma excesiva en disposición vertical es un síntoma de falta de luz o absorción abusiva de los nutrientes de la planta madre por los retoños; el crecimiento es muy lento es síntoma de excesos de fertilizantes, suelo con PH básico, maceta demasiado grande o pequeña, exceso de agua o demasiadas plantas hijas alrededor de la planta madre; pudrición y caída de las hojas es síntoma de exceso de riego y humedad. Esta especie es muy resistente a las plagas.
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