Hay muchos tipos y variedades, aunque ya sabéis que nuestra recomendación es elegir la cebolla que mejor se adapte a la zona donde vivimos. Cuando vayamos a comprar la semilla o el plantón, en el caso de que no queramos hacer semillero, lo mejor es que le preguntemos al vendedor qué variedad se suele plantar en esa zona y cuál nos recomienda.
Pues bien, vamos a ver en 5 sencillos pasos cómo realizar este cultivo de manera correcta.
1.Preparación del terreno:
La cebolla es un bulbo que requiere un alto aporte de nutrientes. Entre ellos el nitrógeno (la cebolla va a consumir bastante nitrógeno, es su nutriente esencial) el fósforo y el azufre. Otros menos importantes son el calcio, potasio y magnesio.
Por eso es crucial un buen abono del terreno por lo menos 15 días o 1 mes antes del trasplante o siembra.
Seleccionaremos que trozo de tierra es el elegido para las cebollas y trabajaremos la tierra rompiéndola para que quede suelta (la cebolla no tolera los suelos compactos) aplicaremos una buena capa de compost maduro o humus de lombriz, sin escatimar, en este paso no podemos ser rácanos si queremos obtener un buen cultivo. Tened en cuenta que tarda unos 3 meses en cosecharse y el desarrollo del bulbo lo va a hacer en el último mes, así que necesita llegar a ese último mes con alimento suficiente.
Por último, cubrimos con una capa de tierra de unos 5 o 10 cm el compost que acabamos de echar y dejamos reposar la tierra hasta que plantemos las cebollas ahí definitivamente.
“La cebolla tolera mal la humedad exesiva, no la encharques cuando riegues”
2.El semillero:
Para hacer el semillero necesitamos un recipiente con una profundidad aproximada de unos 10 cm, con eso será suficiente, ya que la cebolla tiene unas raíces más bien pequeñas.
Llenaremos el recipiente con una proporción de 3 partes de turba o tierra y 1 de humus de lombriz o compost maduro.
Humedecemos un poco esa tierra vaporizando con un poco de agua para luego esparcir por encima de toda la superficie las semillas de cebolla de manera distribuida.
Tapamos las semillas cubriendo un poco de tierra, esta capa es importante que sea fina, de unos 5 milímetros más o menos.
Dejamos el semillero en una zona dónde no le de sol directo y nos aseguramos de mantener siempre la tierra húmeda, si la capa de tierra más superficial se seca, las semillas puede que no germinen, así cuidado con descuidar ese paso ya que mantener una ligera humedad es crucial.
El tiempo de germinación oscilará entre 10 y 15 días aproximadamente, habiendo semillas que germinan súper rápido y otras que van más lentas. Eso sí y ya sé que somos unos pesados, ¡imprescindible mantener la humedad de la tierra!
Mantendremos el semillero hasta que vayamos a pasar las semillas al emplazamiento donde ya se vayan a quedar de manera definitiva. Sabremos que están listas para plantar cuando el bulbo (o parte inferior de la planta) sea de unos 3 o 4 milímetros de ancho y la planta tenga en su zona superior 3 hojas o más verdes.
3.El trasplante:
La mejor época para el trasplante de la cebolla es con la llegada de la primavera, en nuestra zona del norte de España suele hacerse en Marzo, cuando ya no haya tanto riesgo de helada.
Como ya hemos preparado la tierra unos 15 días o un mes antes, no tendremos más que marcar en la tierra o bancal una línea recta y hacer agujeros de aproximadamente unos 10 cm de profundidad y de 15 o 20 cm entre ellos. Luego colocamos en ellos las cebollas presionando ligeramente para que no queden bolsas de aire formadas en la tierra.
Como en todos los trasplantes que hacemos regamos nada más terminar.
4.El riego:
Tanto si hemos plantado la cebolla en exterior, como si, por el contrario, la plantamos en invernadero, recomendamos el riego por goteo. Si no tenéis la posibilidad de usar un riego por goteo debemos tener en cuenta que las necesidades de riego de la cebolla son diferentes en la primera etapa de desarrollo foliar que en la de desarrollo del bulbo. Al principio necesitará más agua que al final. Y siempre debemos procurar regar sin mojar demasiado la planta ya que esto puede hacer que la planta se pudra o se enferme de .
La mejor manera de comprobar que la cebolla tiene el agua suficiente es hundir un poco el dedo en la tierra y ver si la tierra está ligeramente húmeda, nunca encharcada.
Si por el contrario la tierra tiende a estar siempre demasiado seca obtendremos unas cebollas prematuras que se secarán antes de tiempo y tendrán un bulbo más pequeño.
Esto es importante ya que debemos cuidar siempre este grado ligero de humedad. No vale que dejemos secar la tierra y un día vengamos y encharquemos la tierra porque esto puede agrietar el bulbo y darnos unas cebollas de peor calidad hongos.
“Si regamos demasiado la cebolla corremos el riesgo de que acabe pudriéndose. Mejor riegos cortos y sin mojar la planta. Lo ideal es el riego por goteo“
5.Recolección y conservación:
Cuando las cebollas tengan prácticamente todo el tallo seco, este es el momento de cosecharlas. Tiraremos de ellas con cuidado para asegurarnos que las arrancamos desde la raíz.
Después de cosecharlas es conveniente dejarlas secar un par de días al sol, en una zona sin humedad.
Para conservarlas durante tiempo lo mejor es hacer una riestra o atado de cebollas. Luego las colgamos en un sitio de la casa seco y que no les de la luz directa. Si hacemos esto podremos conservarlas durante buena parte del año.