El árbol y arbustos son un sistema vivo en equilibrio con el medio, que responde a su propia información genética y a las condiciones del entorno. Tienen diferentes funciones, interrelacionadas entre sí y mantienen su equilibrio. El árbol es un gigante que tiene a su favor el tiempo. Nosotros tenemos prisa, él no. En la poda hay que saber por y para qué se poda un árbol o arbusto.
Los árbol y arbustos frutales se podan para obtener fruta y que ésta esté accesible. Respecto a los árboles madereros, éstos se podan para obtener madera de calidad. Los ejemplares de jardín se podan para que sean sanos, seguros y estéticos. En la axila de cada hoja se produce una yema, que en la siguiente estación de crecimiento dará lugar a una rama, flor o ambas.
La mejor forma de podar
Se debe respetar el corte correcto de los árbol y arbustos, por la arruga de la rama, para evitar un desgaste innecesario de energía. El proceso por el cual el árbol 'cura' las heridas de poda se llama compartimentación y consiste en aislar la zona de tejidos dañados, y crear nuevos tejidos sobre ella. La poda no rejuvenece: siempre supone un desgaste de energía. Si está bien realizada, éste será mínimo, si está mal realizada, el desgaste año tras año debilitará al árbol.
Si la poda es excesiva, provocará una brotación exagerada, en un intento de la planta por recuperar su equilibrio perdido. Esta excesiva brotación se produce a expensas de la energía almacenada por la planta y supone un debilitamiento. El anclaje de los nuevos brotes a la rama en que están, puede ser defectuoso. Debemos procurar al sistema del árbol las mejores condiciones de vida para que pueda almacenar energía (buenas condiciones de suelo, nutrientes, aireación radicular, iluminación y espacio vital).
En arbustos se poda generalmente después de floración, eliminando las ramas viejas, las que se cruzan, o las que entorpezcan el buen desarrollo. En arbustos es fundamental saber si la floración se produce en rama del año anterior o en rama del mismo año. Esto se averigua mediante la observación. La poda 'desde fuera', es un despunte, que produce mucha ramificación en la parte más externa, pero que no atiende a la estructura del arbusto. Se emplea en la formación de setos para que sean tupidos.
Un árbol, una poda
En estado natural, el árbol seca la rama que ya no le sirve y luego se deshace de ella, justo al contrario que la poda que realiza el hombre. Una buena poda atiende a las necesidades del árbol o arbusto, que pueden coincidir o no, con las del jardinero. Cada árbol, cada arbusto, cada planta, tiene una estructura y porte distinto, la poda debe respetar estas características.
La época de poda abarca generalmente todo el año, salvo en primavera y/o con heladas. En árboles con fuerte capacidad de rebrote, tendremos que podar después de la primavera. Las llamadas 'cabezas de gato' en plátanos -y otros- suponen un gasto continuo de energía. Año tras año, este tipo de poda produce reacciones contrarias a lo deseado: tras la poda, se produce un rebrote desordenado, con chupones. Después se produce la compartimentación o curación de heridas de la poda, con lo que se gasta mucha energía que hace que el árbol envejezca prematuramente, debilitándose y volviéndose vulnerable a enfermedades y plagas.