Probablemente la poda de árboles y arbustos representa uno de los mayores retos para cualquier jardinero. Con el fin de no enfrentarnos a este reto podríamos plantar árboles y arbustos que no necesiten ningún tipo de poda, como árboles de hoja perenne. Pero la realidad es que los árboles y arbustos ornamentales necesitan un mantenimiento anual para mantenerlos en constante renovación y crecimiento.
Seguramente has escuchado más de una vez que se deben podar los árboles y arbustos que florecen en verano o a principios de la primavera para que su crecimiento sea proporcional, sin embargo, a veces será necesario romper estas reglas, ya sea debido a los daños que puedan tener, por negligencia, o por otras demandas.
No debes preocuparte por si tu árbol o arbusto será capaz de manejar esta situación. Lo más importante, es que no se debe tratar de compensar los años de abandono en la poda en una sola temporada.
A continuación quiero explicarte 4 principios en la poda que no puedes pasar por alto.
1. La poda de árboles y arbustos en el momento equivocado que puede provocar la muerte.
Es muy difícil matar una planta con la poda. Si hemos cometido errores en la poda, es posible que pierda las flores para esa temporada, pero con el tiempo reanudará su ciclo normal. Hay momentos óptimos para la poda de plantas diferentes, pero tienen más que ver con cosas tales como cuando la planta está inactiva o en crecimiento activo, cuando podría sangrar savia, como en el caso de los arces y los melocotoneros, y cuando establecen sus capullos de flores. Si bien hay momentos óptimos para podar las plantas leñosas, si tienes que hacer alguna poda para el acceso o bien para eliminar las ramas dañadas, puedes hacerlo en cualquier momento del año y no perjudicar a la planta.
2. Una poda severa en primavera, significará que no tendrás que podar de nuevo todo el verano.
Tienes que tener en cuenta que la poda severa producirá lo que se conoce como retoños en el árbol o arbusto, lo que requerirá aún más podas. A este fin, es mejor hacer una poda de mantenimiento cada año. Una regla general es que no se debes podar nunca más de 1/3 del arbusto o árboles de las especies leñosas. De esta manera se consigue que siempre tengan ramas, manteniendo el árbol o arbusto en buena forma, con un tamaño manejable y renovándose constantemente.
3. Podar un árbol o arbusto enfermo para rejuvenecerlo.
A pesar de que está bien podar las ramas de aquellos árboles y arbustos que están claramente infectadas, debemos tener en cuenta que poner más presión con la poda sobre un árbol enfermo no es recomendable. De esta manera únicamente obligamos a la planta a tener un esfuerzo cada vez mayor y el nuevo crecimiento será más susceptible a los problemas. En su lugar debemos averiguar que está haciendo que la planta esté en esta situación, bien por una plaga o cualquier otra enfermedad que le esté afectando a su crecimiento. Una vez que el árbol o arbusto ha recuperado algo de vigor, se puede reanudar la poda de mantenimiento.
4. Sellar las heridas o cortes con sellador de árboles o revestimiento especial para poda.
Es una práctica bien extendida y beneficiosa desde hace mucho tiempo. La teoría es que con esta práctica se evitaba que los insectos, las enfermedades y la humedad penetren en el interior de la madera. Pero lo cierto es que el tejido leñoso de los árboles y arbustos tiene sus propios mecanismos para el sellado sobre las heridas y nuestros esfuerzos pueden derivan en detener este proceso. Al sellar una herida se puede incluso sellar la humedad y provocar así que el tallo de la planta se pudra.
Un consejo final es mantener siempre las herramientas de poda limpias y nítidas para así no propagar enfermedades y evitar la transmisión de unos árboles a otros.
Como ves, la poda puede ser un mecanismo de defensa pero también tienes que tener presente algunos consejos para realizar esta labor ya que puede conllevar algunos peligros y riesgos, sin embargo, si realizas la labor de forma segura y siguiendo unos consejos básicos, vas a lograr que tus árboles y arbustos luzcan de forman majestuosa.