Siempre me ha llamado la atención la definición que encontraba en algunos libros de horticultura o jardinería sobre algunos conceptos básicos y es que, dependiendo de quién fuese el autor o la procedencia del mismo la definición no siempre era igual, sí similar, pero no exactamente igual.
Esto sucede mucho en mi tierra, Galicia, y en nuestro idioma, el gallego, y es que a muchas cosas de la huerta: material, tareas, procedimientos, etc. recibían nombres diferentes cuando se referían a la misma tarea o al mismo utensilio. Eso en un principio podría tener sentido si la distancia entre las diferentes aldeas fuese considerable. Pero no es así. En algunos casos la diferencia en km. es ridícula, ya que entre el pueblo de mi abuelo y el de mi suegro, por poner un ejemplo, es de 6 km y un utensilio como el de la foto en un lugar se le llama "gancha" y en otro "galleta".
Sinceramente, y sin ser un experto en etimología y mucho menos pretencioso, pero un repicado podría hacerse en cualquier momento, independientemente de si las plántulas se trasplantan o se desechan. Otra cosa es cuando es mejor hacer ese repicado.
Y es que en un primer momento lo mejor es hacer el denominado por muchos, aclarado y desechar las plántulas que arranquemos, favoreciendo así el desarrollo del resto del semillero y posteriormente, cuando las plántulas ya tienen varias hojas definitivas, hacer el repicado trasplantándolas a recipientes individuales.
Lo que sinceramente, y repito, no quiero ser pretencioso, no deja de ser un trasplante.
Bueno que no quiero liaros mucho más con el tema y estaré encantado de leer vuestros comentarios, si es que queréis comentar algo al respecto en los comentarios del post, y así puede que entre todos logremos llegar a una conclusión coherente.
En el siguiente vídeo os muestro cómo hago yo los repicados también os cuento cuando es el mejor momento para hacerlo. Espero que os guste.
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