Si hablamos del tiempo, meteorológicamente hablando, los días son ya más cortos, hecho que también perciben nuestros cultivos, puesto que las horas de luz en el huerto comienzan a reducirse. No olvides que el 23 de septiembre se produce el equinoccio de otoño, dando paso a la nueva estación que se estrena con la misma duración del día y la noche, como ya ocurrió en el equinoccio de primavera en marzo.
En cuanto a las temperaturas diurnas, los días aun pueden ser cálidos y secos, aunque sin llegar a las máximas de los meses pasados, o bien húmedos y frescos; septiembre se caracteriza por ser un mes cambiante e impresivisible, como lo fue mayo allá por la primavera. Pero no desesperéis, que si este año el mes viene fresco, siempre nos queda ese regalo improvisado a finales de mes que es el veranillo de San Miguel (29 de septiembre), esos días soleados en los que maduran y se cosechan algunas frutas como peras y membrillos, aunque a mí el dulce de membrillo me evoca ya todo el esplendor del otoño.
Las temperaturas nocturnas son bastante más suaves e incluso frescas, según la zona peninsular en la que nos encontremos. Nuestras hortalizas y verduras detectan que el verano toca a su fin por esta bajada de las temperaturas nocturnas y esa reducción de las horas de luz, lo que hace que en las zonas más frías se ralentice el ritmo de crecimiento y maduración de hortalizas y verduras y con ello muchos de los sabrosos frutos que venimos disfrutando en los últimos meses, incluso hasta el hastío porque ¿quién no ha comido hasta la saciedad tomates, pimientos, pepinos y calabacines del huerto cocinados de mil y una formas? Si bien es cierto que en la zonas más cálidas, los huertos aun se encuentran en plena producción por lo que podrás dedicarle un tiempo a las conservas si ya te cansaste de gazpachos, salmorejos y pistos.
La bajada de las temperaturas nos invita a pasear por los caminos, caminos que siempre ofrecen gratas sorpresas al caminante como las flores azuladas de las achicorias silvestres o las zarzamoras. Los zarzales nos ofrecen durante este mes ese improvisado y sabroso manjar que llevarnos a la boca mientras paseamos o que nos permite introducir en recetas de temporada como bizcochos o conservar en sabrosas mermeladas de las que disfrutar todo el invierno.
Estas circunstancias hacen que la actividad en el huerto sea intensa y que las tareas del huerto en septiembre disten de las más típicas del verano. Esta actividad también podemos verla en los campos de frutales pero sobre todo en los viñedos, ya que septiembre es por excelencia el mes de la vendimia en nuestro país, actividad que nos permitirá degustar los numerosos y excelentes caldos que se originan a lo largo y ancho de nuestra geografía.
Dicho todo esto, seguro que ya has barruntado que septiembre se presenta con una frenética actividad hortícola propia de la vuelta al cole. Para que no te vuelvas loco aquí te dejamos estas 7 propuestas imprescindibles, tareas del huerto que no puedes obviar durante este mes de septiembre, aunque estamos seguros que te surgirán más:
1. Poda los brotes principales de las tomateras.
En las zonas templadas conviene podar los brotes principales de las tomateras, que aun están echando flores, ya que no dará tiempo a que produzcan tomates y estos maduren. De este modo, toda la energía de la planta se concentra en los frutos que ya están en desarrollo, facilitando así su maduración antes de que lleguen los primeros fríos.
2. Retira los cultivos según van terminado su producción.
Las plantas de tomate, pimientos, berenjenas, pepinos, calabacines, judías verdes,… que hayan terminado su producción pueden ir siendo retirados, arrancados de raíz de las macetas o del terreno de cultivo.
3. Retira el compost del compostador.
El compost que se ha hecho con el calor de los meses veraniegos te servirá para repartirlo entre tus macetas o terreno según vayas levantando los cultivos y devolverle al sustrato o al terreno la fertilidad perdida. De este modo también liberarás espacio en el compostero para ir añadiendo los restos vegetales generados por la retirada de cultivos, siempre y cuando se trate de cultivos sanos. Evita añadir a la pila de compost restos vegetales de plantas enfermas. Y si no dispones de compost ahora, no te preocupes, ya abonaremos más adelante los siguientes cultivos.
4. Cosecha plantas aromáticas como la albahaca.
Las plantas aromáticas anuales como la albahaca se preparan para el fin de su ciclo vital y por tanto para echar semillas antes de la llegada del invierno. Por eso empezarán a tener un aspecto más deslucido, con hojas que amarillean y se caen. Recoge las hojas antes de que esto ocurra y consúmelas en fresco o prepara una rica salsa al pesto con las hojas de albahaca y congélala para disfrutar de ella más adelante. Si quieres alargar el ciclo y seguir disfrutando de hojas frescas de albahaca un poquito más tiempo, poda todas las inflorescencias de la albahaca, evitando así que desarrollen las semillas. De este modo se mantendrán las hojas verdes más tiempo.
5. Realiza conservas y encurtidos con los excedentes de la producción.
de los cultivos del verano para disponer de ciertos productos durante el invierno, como judías verdes, pepinillos en vinagre, salsa de tomate, pisto,… Esta tarea supone planificación, ya que embotar y elaborar las conservas te dará trabajo durante uno o varios días seguramente. La recompensa, por supuesto, cuando abras y saborees un bote de ese tomate casero que has preparado con tanta dedicación y cariño con los tomates de tu propia cosecha.
6. Controla las enfermedades de los cultivos.
Presta especial atención a enfermedades frecuentes finales del verano como oídio y mildiu. Prevenlos podando las hojas viejas de calabacines y calabazas y evitando mojar las hojas de estas hortalizas durante los riegos.
Quiero saber más sobre el oídio y cómo combatirlo en el huerto ecológico.
7. Elimina las malas hierbas.
El otoño es, a menor escala, como una segunda primavera y si el mes se presenta con días intermitentes de sol y lluvias ten por seguro que saldrán malas hierbas hasta debajo de la piedras. Razón de más para perder esos kilitos de los excesos veraniegos a golpe de azada.
En resumen, septiembre se presume como un mes variable, bien cálido y seco como una extensión del verano (cada vez más frecuente con el cambio climático) o bien templado y lluvioso como una antesala del otoño que se avecina. Así que ya sabes, si las vacaciones de agosto te han devuelto las energías, comienza el curso con las múltiples tareas que el huerto te ofrece en septiembre.
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