En este artículo, exploraremos las mejores prácticas y consejos útiles sobre cómo cultivar ipomea en macetas, para que pueda disfrutar de su belleza sin importar el tamaño de su espacio verde.
¿Cómo cuidar la planta Ipomea?
La Ipomea es una planta trepadora muy conocida por su espectacular floración de color morado. En términos generales, es una planta fácil de cuidar, con unos estándares de mantenimiento parecidos al de otras plantas trepadoras como el jazmín.Leer más: top plantas trepadoras de flor resistentes al frío
Ubicación
La Ipomea prefiere un lugar soleado, aunque también puede crecer en sombra parcial. Es ideal para cubrir vallas, muros o pérgolas. En su periodo de floración, de junio hasta octubre, es mejor no exponerla a Sol directo (especialmente en julio y agosto), ya que sus hojas pueden perder su verdor original y fomentar una caída anticipada de sus flores (estrés por calor).
Las flores de la Ipomea suelen abrirse temprano en la mañana y cerrarse por la tarde. Las flores son polinizadas por insectos, como las abejas.
Condiciones de sustrato
Como el motivo de este artículo es conocer las necesidades de Ipomea cultivado en macetas, hablamos de las condiciones ideales del sustrato, ya que puede estar formado por varias mezclas. En tal caso, la Ipomea prefiere sustratos bien drenados y ricos en nutrientes. Para plantarla, se recomienda macetas con más de 30 cm de altura y llenarlo con una mezcla de tierra, arena y compost.
Una mezcla recomendable para esta trepadora puede ser el siguiente:
50% sustrato universal
25% humus de lombriz
25% fibra de coco (aunque también es válido cualquier otra material poroso, como arenas, perlita o vermiculita).
Frecuencia y dosis de riego
En verano debe regarse con frecuencia, pero sin encharcar el suelo. En invierno, el riego debe ser más moderado. Como es cultivado en maceta, hay que ser más rigurosos con el aporte de agua, ya que el principal problema que tienen las plantas cultivadas en este tipo de recipientes suele ser el exceso de agua o encharcamiento.
Frecuencia de riego en primavera y verano: riegos cada 4 o 5 días, en función de la humedad del sustrato.
Frecuencia de riego en otoño e invierno: riegos cada 8-10 días, en función de la humedad del sustrato.
Poda
La ipomea no es una planta que requiera mucha poda. Sin embargo, se puede podar para controlar su crecimiento o para favorecer la floración. Esta poda pasa por eliminar flores y hojas secas o un exceso de vegetación que sobresalga de su estructura habitual (por ejemplo, que se cruce con otras plantas). La poda se puede realizar justo antes del invierno (después de floración) o bien esperar y dejarla sin tocar durante la etapa fría hasta final de invierno.
No tengas miedo con la intensidad de la poda, especialmente si ves que la planta se ha envejecido mucho. Si el sustrato es de calidad y estás regando y abonando con criterio, brotará con facilidad a partir de primavera.
Plagas y enfermedades
La Ipomea es bastante resistente a las plagas y enfermedades. Sin embargo, puede ser atacada por pulgones, ácaros y hongos relacionados con el exceso de humedad. En esos casos, se recomienda tratarla con un insecticida o fungicida adecuado.
Para el tratamiento de pulgones o ácaros, puedes utilizar como fuente natural cualquier jabón potásico o aceite de neem. Como fungicida, el más cómodo de aplicar es el cobre (hay diferentes fuentes). Si el problema se agrava (daños en el cuello del tronco por exceso de humedad), es preciso recurrir a tratamientos más agresivos y contundentes, como el Fosetil-Al.
Propagación
Se puede propagar por semillas o esquejes. Si se hace por semillas, estas deben remojarse durante la noche antes de plantarlas. Sin embargo, la forma más sencilla de multiplicar ipomea es mediante la selección de un esqueje sano procedente de un tallo.
Sigue los siguientes pasos que te detallamos a continuación:
Selección de la planta madre: elige una planta madre saludable de la que tomarás los esquejes. Asegúrate de que la planta esté libre de enfermedades o plagas.
Preparación de las herramientas: Asegúrate de que las tijeras o el cuchillo que utilizarás estén limpios y afilados. Esto ayuda a hacer cortes limpios que promuevan una rápida formación de raíces.
Toma de esquejes: corta esquejes de la Ipomea de aproximadamente 10-15 cm de longitud. Los esquejes deben ser de ramas jóvenes y saludables, y es mejor tomarlos de la parte superior de la planta, donde el crecimiento es más activo. Cada esqueje debe tener al menos una o dos hojas y preferiblemente un par de nudos (los nudos son los puntos en el tallo de donde crecen las hojas y las raíces).
Eliminación de hojas inferiores: retira las hojas que se encuentran en la parte inferior del esqueje, dejando solo las hojas en la parte superior. Esto ayudará a reducir la pérdida de agua y a concentrar la energía en el desarrollo de raíces.
Opcional: uso de hormonas de enraizamiento. Si dispones de hormonas de enraizamiento a mano, sumerge la base de cada esqueje en el polvo o gel de enraizamiento para promover el desarrollo de raíces más rápido. Esto no es estrictamente necesario, pero puede acelerar el proceso.
Fertilización
Para promover una floración abundante, se puede fertilizar la planta con un fertilizante rico en fósforo y potasio. Puedes utilizar fertilizantes líquidos o sólidos. Para esta planta, es aconsejable una relación NPK de 2-1-3 (más rico en potasio).
Por ejemplo, puedes utilizar el siguiente fertilizante sólido de liberación lenta, a una dosis de 50-100 gramos por maceta:
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Especialmente indicado para plantas de exterior, aporta los nutrientes necesarios para un óptimo desarrollo de especies hortícolas, árboles frutales y todo tipo de plantas ornamentales, árboles, arbustos y flores
Su composición pobre en cloruros, rica en micronutrientes y de alta solubilidad le proporciona unas cualidades óptimas para la nutrición de las plantas
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Consejos adicionales de una ipomea en maceta
Cuidado con el riego: evita siempre aportar un exceso de agua en la maceta. Si realmente quieres encontrar el punto óptimo de humedad, tienes que introducir la yema del dedo y comprobar tú mismo si la humedad es la ideal. Si notas el dedo empapado, has aportado demasiada agua. Si no lo notas casi seco, todavía no es momento de regar.
Aporta materia orgánica a la maceta: el contenido en materia orgánica de un sustrato es bastante limitado, por lo que tienes que aportar periódicamente materia orgánica. La ideal es de tipo sólido, ya que mezcla muy bien con la tierra (como el humus de lombriz), pero también hay soluciones líquidas.
Renueva el sustrato periódicamente: aunque llegará un momento en el que tengas que realizar el trasplante de tu ipomea si sus raíces se han desarrollado vigorosamente, lo ideal es que cada 2 años intentes renovar al menos un 50% del sustrato. Elimina el antiguo que esté degradado por acumulación de sales y sustituye por nuevo, removiendo bien con cuidado de no dañar las raíces.
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