No es que me gusten… en realidad me encantan! especialmente remojados en vinagre con un poco de sal y aceite de oliva.
¿No me creen? Debe ser porque los siguen comprando en el supermercado. Cuando intenten cultivarlos así sea en una maceta, no creerán lo diferente y lo bien que saben.
Además de su toque picantico, los rábanos le ofrecen un hermoso color fucsia oscuro e intenso a las ensaladas que hasta da pesar comerselos. Generalmente son redondos, del tamaño de una pelotica de golf pero hay variedades como la Chinese White Winter (Rábano blanco chino) o el French Breakfast (Desayuno Francés) que vienen alargadas.
Son también uno de los vegetales que menos tiempo de maduración requieren, con un promedio de 30 días. Aunque les gusta mucho recibir el sol, son vegetales de clima frío y la temperatura ideal para ellos ronda alrededor de los 10°C, máximo 18°C.
Cuando se cultivan en temperaturas muy altas, la planta no produce bulbos sino semillas, que a la larga tampoco es malo para quienes deseamos guardarlas. Pero si tu meta es disfrutar de una buena ensalada con rábano, quizá el mejor recurso que les puedas ofrecer es un clima frío.
Siembra
Al igual que las zanahoras, los rábanos no toleran muy bien ser transplantados así que lo mejor es sembrarlos directamente en el sitio en donde van a crecer y desarrollarse completamente. Tampoco necesitan un suelo super fértil, es más! si se plantan en un suelo con mucho nitrógeno, la cosecha producirá hojas muy bellas pero nada de bulbo.
Los que vivimos en la zona templada del norte o sur, podemos empezar a plantar rábanos en las primeras semanas de la primavera, cuando la nieve se ha derretido y el suelo ha alcanzado una temperatura de 4°C. Si queremos una provisión constante de rábanos, podemos sembrar sucesivamente cada semana hasta la última semana de la primavera o la primera del verano, dependiendo de la temperatura promedio que alcance nuestra zona. Al llegar el verano hacemos una pausa (aunque si están interesados en recoger semillas, pueden seguir sembrando hasta la mitad del verano). Al principio del otoño, cuando las temperaturas empiezan a bajar, reiniciamos la siembra.
Para quienes viven en la zona cálida, es decir cerca a la línea del Ecuador, el piso térmico recomendado es el Templado-Frío, siempre y cuando la temperatura promedio de la región no supere los 18C. Ver zonas climáticas de la Tierra.
Para sembrar los rábanos:
Escoge un sitio que reciba mucha luz solar y afloja la tierra para permitirle a la raíz crecer.
Traza un surco recto con una profundidad de 2cms.
Los rábanos son ideales para sembrar en macetas. Procura usar una de al menos 20cms de diámetro y 20cms profundidad (50 litros de volumen).
Esparce las semillas de rábano, procurando una distancia de 5cms entre semilla.
Cúbrelas con tierra y riégalas un poco de agua.
Procura mantener el suelo húmedo (no encharcado, simplemente húmedo) durante el proceso de crecimiento
Crecimiento
Lo más bonito de este vegetal es que germina en cuestión de un par de días, lo que hace que uno se la pase como bobo mirando las maticas. A menos que hayamos sembrado las semillas con suficiente espacio entre ellas, es necesario arrancar algunas de las maticas ya germinadas en caso de que estén creciendo muy juntas. Esto se hace con el fin de que cada raíz tenga espacio suficiente para crecer y no compitan entre sí.
*Importante* Mantener la tierra húmeda pero no mojada o encharcada. La humedad normal permite que la raíz crezca con la consistencia y sabor natural.
Puesto que los rábanos se desarrollan tan rápido no necesitan fertilización ni muchos cuidados durante el crecimiento. De lo único que hay que estar pendientes es de ahuyentar a las babosas y a las orugas a quienes les encantan las hojitas y no perderán oportunidad de almorzar si las dejamos desatendidas por mucho tiempo.
Cosecha
Después de 30 días en promedio (dependiendo de la variedad) los rábanos generalmente están disponibles para ser cosechados. El mejor signo es cuando los “hombros” de la raíz rojiza empiezan a sobresalir de la tierra. En ese momento la raíz está literalmente diciendo: “Cómeme!!!”
Si no estamos muy seguros y si la raíz no es que esté muy ‘mostrona’ que digamos, podemos retirar un poquito de tierra alrededor de los tallitos de las hojas para medir el diámetro de los rábanos. Si superan los 5cms, bingo! habemus ensalada!. También es altamente recomendable consultar el paquete de las semillas que compraron, generalmente ahí vienen todas las instrucciones y muy especialmente el tiempo de maduración exacto de esa variedad específica.
Es importante cosecharlos cumplido el tiempo de maduración. Si uno los deja demasiado tiempo enterrados, se envejecen y la raíz toma un sabor amargo, con una consistencia parecida a la madera.