Los guisantes (Pisum sativum) pertenecen a la Familia de las Leguminosas, al igual que las habas o las judías y con ellas comparten la característica de aportar nitrógeno al suelo por lo que son muy útiles, además de muy sabrosos, para hacer un aporte de nitrógeno al suelo o sustrato de cultivo después de haber tenido otros cultivos la temporada anterior, exigentes en nutrientes y que por tanto disminuyeran las reservas de nitrógeno del sustrato o suelo.
Cuándo y cómo sembrar guisantes
Los guisantes son un cultivo anual, es decir, tras recoger la cosecha hay que arrancarlos y sembrarlos de nuevo el próximo año.
Se trata de un cultivo que no requiere de semilleros y es fácil de conseguir mediante siembra directa desde la semilla al terreno.
Es un cultivo apto para huertos en terreno y para huertos en macetas, ya sea en contenedores en el suelo (macetas, jardineras, cajoneras de cultivo) o incluso en mesas de cultivo, solo hay que elegir la variedad adecuada.
Riega el suelo o el sustrato antes de realizar la siembra, para que esté a tempero. No conviene que vuelvas a regar hasta que hayan germinado las semillas, ya que son sensibles a la podredumbre.
La siembra se realiza añadiendo 4 o 5 semillas por golpe a una profundidad de 2-4 cms. La distancia entre plantas debe ser de unos 20-25 cms en variedades enanas, mientras que conviene separarlos hasta 30-40 cms en las variedades trepadoras o de enrame.
Calendario de siembra de guisantes
Desde semillas:
*En clima mediterráneo puedes realizar la siembra desde agosto hasta marzo. Las cosechas se alargan desde diciembre a principios de junio.
Hay 2 épocas para sembrar guisantes, en otoño y en primavera. Cuál de ellas elegir depende de tu clima y de la variedad de guisante que elijas. En general:
– Siembra temprana (otoño): para climas templados y variedades de enrame o trepadoras, los guisantes se suelen sembrar en octubre-noviembre.
– Siembra tardía (final de invierno): para climas fríos y variedades enanas, es aconsejable sembrar los guisantes en febrero-marzo, cuando los días más fríos y las heladas más fuertes hayan pasado.
Desde planta:
Si directamente compraste planta de guisante para tu huerto, puedes trasplantarlos al terreno o a la maceta entre septiembre y abril-mayo, evitando los dos meses más fríos del año, diciembre y enero. Igual que en la siembra, haz trasplante en otoño para climas templados y a finales de invierno para climas fríos.
Cosecha tus guisantes cuando notes que la vaina está llena al tocarla con los dedos pero que no sean demasiado gordos, ya que así estarán más tiernos y jugosos.
Requerimientos de cultivo del guisante
Temperaturas y climas recomendados
Los guisantes se desarrollan bien en un rango de temperaturas entre 5ºC y 30ºC. Por debajo o por encima de estas temperaturas detienen su crecimiento.
No obstante, son plantas resistentes al frío, soportan heladas suaves hasta los -5ºC. De ahí que te aconseje sembrarlos en febrero-marzo si en tu zona son frecuentes las heladas y en octubre-noviembre si en tu zona no hiela o lo hace puntualmente.
Si decides sembrarlos en otoño en un clima frío protégelos bajo un invernadero o bajo una manta térmica, para que los rigores del invierno no echen a perder tu futura cosecha de guisantes.
Como te digo, es una planta que se adapta al frío pero no tanto al calor, no soporta el exceso de calor ni la sequía por eso se da mejor en climas templados y húmedos, aunque también se siembre en clima mediterráneo.
Exposición solar
A los guisantes les encanta el sol, resérvales un sitio en una zona soleada del huerto y te lo agradecerán en forma de ricos manjares.
Suelo o sustrato
Si cultivas los guisantes en terreno ten en cuenta que prefieren los suelos fértiles, mullidos y ricos en materia orgánica donde no se acumule un exceso de agua. En los suelos básicos o calizos pueden presentar clorosis (amarilleamiento de las hojas).
Si cultivas los guisantes en maceta, un sustrato ligeramente ácido será más indicado para ellos, por ejemplo un sustrato a base de turba mezclado con un poquito de humus de lombriz para aportarle más materia orgánica.
Riego
Una vez que las semillas de guisantes hayan germinado, es importante mantener un riego no muy abundante pero si regular, para que no se seque el suelo. Conviene que aumentes un poco el riego cuando plantas de guisante esté produciendo flores y también cuando estén engordando los guisantes dentro de las vainas.
Abonado
Como te adelantaba al inicio de este artículo, los guisantes aportan nitrógeno al suelo o sustrato de cultivo y esto lo hacen por “un acuerdo” (llamado simbiosis) con unas bacterias de sus raíces (llamadas Rhizobium), gracias a las cuales captan el nitrógeno de la atmosfera y lo incorporan al suelo para ser aprovechado por las plantas. Este nitrógeno es perfecto para reponer las reservas del suelo/sustrato y muy necesario para desarrollar las partes verdes (hojas,…) de tus cultivos.
Sin embargo, esto no quiere decir que no necesiten abonado. De hecho, los guisantes son bastante exigentes en nutrientes y necesitan un aporte de potasio para desarrollar bien flores y frutos. Un abono específico para hortalizas de fruto o un abono como el guano serán un gran aliado en la época de floración y fructificación de tus guisantes.
Una vez realizado todos estos pasos, no está demás saber qué labores serán necesarias durante su cultivo o que plagas o enfermedades pueden aparecer y cómo tratarlas en el huerto ecológico antes de que sea tarde. No dejes de leer este artículo para tener controlado todo el proceso.