Juan Mari Arzak os enseña otro consejo de alta cocina, unas hojas que conocemos todos pero que se emplean -hasta ahora al menos- poco en la cocina: las hojas del árbol de olivo. El olivo (olea europea), es un árbol muy cultivado por toda el área mediterránea, que se utiliza con fines comerciales para la obtención de la aceituna y de nuestro aceite de oliva de cada día.
Además, las hojas del árbol de olivo tiene un gran número de componentes interesantes: la oleuropeina, que se utiliza con fines terapéuticos por sus propiedades, para reducir el colesterol malo y para reducir la tensión.
El extracto de las hojas del árbol de olivo posee también un leve efecto reductor de la glucosa en sangre, que se puede aprovechar complementariamente para el tratamiento de la diabetes.
Igualmente se ha demostrado que fortalece el sistema inmunológico contra posibles infecciones y contra un gran número de bacterias y virus. Por tratarse de una planta curativa de buena tolerancia en el organismo, el extracto de hoja de olivo tiene una aplicación cada vez mayor en la medicina naturista.
En el Medio Oriente se utiliza bastante como si fuera un té de la hoja del olivo. Desde hace siglos se usa para el tratamiento de las irritaciones de la garganta, tos, fiebre, presión arterial alta, cistitis (infección de la vejiga), gota (inflamación de los pies) y para mejorar la salud en general.
Por tratarse de una planta curativa de buena tolerancia en el organismo, el extracto de hoja de olivo tiene una aplicación cada vez mayor en la medicina naturista.
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