Materiales
Comenzaremos describiendo los materiales necesarios para llevar a cabo esta tarea.
Planta y macetero
Es recomendable que el macetero tenga al menos el doble de volumen que la maceta en la que se encuentra la planta. Por ejemplo, si la planta está en un contenedor de entre 4 y 5 litros, el contenedor donde va a ser trasplantada deberá estar entre 8 y 10 litros como mínimo.
Sistema de autorriego
Hay varias maneras de realizar este sistema. Desde los comerciales y más sofisticados, hasta sistemas más sencillos, igualmente prácticos y funcionales, pero mucho más económicos.
Utilizaremos arlita para el fondo. La arlita es arcilla expandida que tiene entre otras propiedades la de retener la humedad. También utilizamos un trozo de malla anti hierba que hará de separador entre las raíces de la planta y la propia arlita evitando que se mezclen.
También utilizamos un tubo hueco de PVC, plástico o similar que nos servirá para rellenar el depósito con agua. Por último, el sistema de autorriego lo completa una varilla de bambú que nos permitirá verificar el nivel de agua en el fondo del depósito.
Sustrato
Hay muchos tipos de sustratos. Te recomendamos elegir uno que tenga mayor durabilidad, y posea un buen sistema de drenaje que es lo más conveniente para la mayoría de plantas.
Abono
Cuando se realiza el trasplante, es un buen momento para incorporar al sustrato un buen abonado de fondo, mediante abono de liberación lenta y de larga duración. Este permite dosificar la nutrición necesaria de manera continua.
Decoración
El punto decorativo lo componen además de la maceta, las piedras que la coronan. Las colocaremos directamente encima del sustrato.
Montaje
Primero tomamos la maceta elegida y vertimos sobre ella las bolas de arlita con una altura total de unos 3/4 centímetros. Colocamos el tubo de riego asegurándonos que llega hasta el fondo de la maceta sin que ninguna bola de arlita quede alojada en su interior.
Luego colocamos la malla anti hierba sobre el lecho de arlita y una pequeña capa de sustrato encima de la malla. Después esparcimos los granos del fertilizante sobre el sustrato. Aproximadamente la mitad de la cantidad total a aportar a la maceta.
Colocamos otra capa de sustrato hasta la altura suficiente para que una vez coloquemos la planta trasplantada, el nivel superior de ésta, esté ligeramente por debajo de la parte superior de la nueva maceta. Luego sacamos el cepellón y lo introducimos en la nueva maceta centrándolo bien y colocándolo en posición vertical.
Vertemos el resto del abono mezclándolo con el sustrato progresivamente. Luego llenamos la maceta con sustrato dejándolo bien apretado para que no queden huecos de aire.
El trabajo se finaliza añadiendo las piedras decorativas y regando hasta que el nivel de agua llegue a la marcha indicada en el la varilla de bambú que quedará dentro del tubo.