El aguacate es un árbol de origen centroamericano, aunque existen muchas variedades, por ejemplo la variedad Bacon es española. Este ejemplar es de gran tamaño, por lo que necesita espacio.
Para hacerse con un espécimen propio, basta con plantar el hueso del aguacate. Lo mejor es empezar con la semilla mojada en un vaso de agua, hasta que broten las pequeñas raíces. Posteriormente se pasa a una maceta. También se puede optar por un injerto. En cualquier caso, se puede trasplantar al suelo a los cuatro o seis meses de tener un arbolito crecido. El suelo es mejor que no sea ni arcilloso ni calizo y que su ph sea algo ácido.
Hay que regar con frecuencia para que la tierra nunca se seque, pero que no se encharque nunca. Para ello puedes colocar debajo de la primera maceta, otra y regar bastante la base. Aleja a la planta joven de los fuertes calores y también de las heladas.
La época de siembra debe ser en otoño, y en los climas más fríos en primavera, ya que la época de crecimiento más importante de la planta es en primavera. Las flores salen en dos ciclos diferentes para las femeninas y masculinas, lo que impide la autofecundación.
Habrá que tener paciencia para la recolección, porque este árbol tardará unos 5 años en dar sus primeros frutos.