En serio pensaron que me iba a acurrucar en una esquina de la cocina a llorar de brazos cruzados?
No mijos, no están ni tibios!. Me pongo triste y me da rabia fracasar pero eso no quiere decir que no lo voy a seguir intentando… alguien sabe qué significa la palabra
Después de la fallida germinación de mi primera ronda de cucúrbitas, me dispuse muy diligentemente a preparar un nuevo set para germinar, la fecha de la última helada está cada vez más cerca y no hay tiempo qué perder!!.
Precísamente por este tipo de incidentes no me atrevo a hablar en calidad de experta, sino más bien en calidad de experimentadora… como quien aprende a manejar un computador cacharreando. Es cierto que he leído algunos libros, he visto muchos videos en Youtube y sigo fervientemente algunos blogs de jardinería para darme una idea de cómo funciona el asunto de la horticultura y podría incluso sugerir algunos de mis favoritos pero eso no me convierte en una autoridad en el tema. De lo que sí puedo hablar con propiedad es de mis propias experiencias y de lo que he aprendido en el proceso, cosa que me da un poco más de comfort humildad y apertura para escuchar distintas opiniones e ideas. El camino del éxito está lleno de muchos intentos fallidos.
Afortunadamente no todos mis intentos con la germinación han sido fallidos. Hasta ahora he utilizado tres métodos que han dado distintos resultados y se ajustan a diferentes propósitos. El primero es el germinador con abono, el segundo es sembrando las semillas directamente en el huerto y el tercero es el germinador con servilletas de papel mojadas. Lo que hacemos en los tres casos es crear las condiciones para que las semillas se ‘activen’, lo que incluye un ambiente húmedo y una temperatura ligeramente cálida, dependiendo de la especie de planta. La diferencia fundamental en los tres métodos está en el sustrato: mientras en el primero y segundo utilizamos directamente el abono, en el tercero usamos simplemente una servilleta de papel y agua.
Pero devolvámonos un momento. Echemos un poquito de carreta académica: Qué es realmente la germinación? y qué es lo que estamos buscando?
Valga decir que la germinación es un proceso maravilloso y se podría decir que es el equivalente al parto de los mamíferos, ya que literalmente es el nacimiento de una nueva planta.
En la germinación, lo que buscamos es activar el metabolismo de la semilla -que es un embrión hibernando- y hacerla parir una planta bebé compuesta por una raíz, un tallo y dos hojitas llamadas cotiledones . Estos cotiledones son los responsables de la alimentación inicial de la plántula hasta que la raíz se desarrolla lo suficientemente como para absorber nutrientes y las hojas verdaderas emergen para iniciar la fotosíntesis. Sí, todo esto mientras dormimos.
Hasta aquí vamos bien. Ahora, volvamos nuevamente a los métodos:
1. Usando un germinador con abono: Este método lo utilizo con casi todas las plantas, especialmente aquellas que tienen una temporada larga de desarrollo, lo que implica ponerlas a germinar a comienzo del año como los puerros, pimentones, tomates, maíz, etc. Para esto, mezclo una parte de tierra para macetas y una parte de abono de lombrices. Algunos agregan fibra de coco u otro material altamente absorbente para mantener la humedad por más tiempo pero generalmente ese material ya viene incorporado en la tierra para macetas que compro en el almacén de jardinería. La perlita y la vermiculita también viene incluída en la tierra para macetas pero en caso de que no venga, se debe agregar para garantizar un buen drenaje. Una vez lista la mezcla la agrego a mis germinadores (la mayoría son k-cups reciclados), la humedezco con agua y en cada celda coloco dos o tres semillas. Al cabo de una o dos semanas las plántulas emergen.
2. Sembrando directamente en el huerto: Este método es igual al anterior pero en este caso se hace directamente en el huertsin necesidad de germinadores ni k-cups y se recomienda utilizarlo con las especies a las que no les va bien el transplante como los tubérculos (papas), las raíces (zanahorias, rábanos y remolachas) y las legumbres como las habichuelas. Lo que me gusta de éste método es que las plantas se siembran directamente en donde van a crecer y me ahorra el jaleo y el trabajo extra de las transplantadas.
Sin embargo, la otra cara de la moneda es que estamos dejando las semillas expuestas a la intemperie, las plagas, los pájaros, las nevadas ocasionales e inesperadas, lo que reduce su tasa de germinación, así que ármense de paciencia para revisar y sembrar constantemente.
3. Germinación usando una toalla de papel húmeda: Este es el que voy a seguir utilizando de ahora en adelante para las cucúrbitas y la albahaca. El año pasado lo intenté con los tomátes, pimentones y uchuvas y dados los excelentes resultados, es el método que recomiendo para quienes quieran dar sus primeros pinitos en la horticultura. Aquí, simplemente utilizo un recipiente plano con tapa, extiendo una toalla de papel húmeda y sobre ésta pongo las semillas en hileras. Aparte, en un papelito anoto la especie y la variedad de las semillas en el orden en el que las puse para no confundirlas. Al cabo de un par de semanas las semillas emergen y puedes ver en vivo y en directo el espectáculo. Una vez la raíz emerge -o como suelo decir, una vez la semilla saca la lengüita, se pone en un germinador con tierra abonada, tal cual como se haría con el método número 1.
Por ahora los tres métodos han funcionado bien para mis necesidades y como los tres cumplen funciones distintas no puedo decir que tenga algún favorito. Si alguno de ustedes ha probado algo diferente me encantaría conocerlo y seguir experimentando con este maravilloso espectáculo de la vida, el ensayo y error es divertido pero gozamos más cuando el esfuerzo se recompensa con buenos resultados.
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