La vemos crecer espontáneamente en gran parte de la provincia de Buenos Aires, en cuerpos de agua dulce (a orillas de ríos poco caudalosos o en remansos, lagunas y esteros).
En la ciudad, las encontramos en cualquier vivero o puesto verde.
Mantenerlas en agua alcalina, y en lo posible sin cloro, y ubicarlas en recipientes profundos es sin dudas, la clave del éxito!
Como dijimos antes, si las condiciones son adecuadas, es capaz de cubrir grandes áreas del cuerpo de agua, pudiendo perjudicar, en algunos casos, otros tipos de plantas acuáticas de crecimiento mas lento y organismos que viven bajo el agua.
Y la verdad creo que, realizando una manejo correcto, su belleza radica en ese habito de ocupar la superficie, sin dejar un hueco, como un césped flotante, verde y brillante.
Si la ven, no duden en hacer un mini estanque para su casa: algunas ideas aquí (la tacita es <3 )