Hola, soy Tximo Gracia, creador de jardindeacero.com, y quiero compartir contigo la experiencia que he acumulado en los últimos 13 años acerca de los bancales elevados, tanto para horticultura como en jardines decorativos.
En primer lugar te quiero explicar qué ventajas tiene cultivar en bancales elevados en lugar de hacerlo directamente en el suelo. Luego entraré en los distintos tipos de bancales que he probado y por qué el de acero corten es, sin duda, el que más me gusta.
¿Por qué cultivar en bancales elevados?
Es posible que hayas leído más de un blog enumerando las distintas ventajas de esta forma de cultivo. En mi opinión, no es que los bancales elevados sean una forma esencialmente mejor de cultivar tus plantas, simplemente tienen una serie de ventajas que pueden hacer que sea la mejor opción para tí. Algunas de estas ventajas son objetivas, otras son cuestión de gustos.
Son la mejor forma de asegurar que el suelo cultivado no se pisa.
Que nadie pise el suelo donde tus plantas se desarrollan es una ventaja indiscutible. Es lo mejor para que las raíces crezcan sin dificultades, y que el agua, el aire, las lombrices y otros personajes puedan circular a sus anchas manteniendo el suelo lleno de vida.
La efectividad del bancal elevado para evitar que el suelo se pise varía con su altura. Un bancal de 15 cm de alto actuará como una mera barrera visual que el adulto medio e incluso el adolescente respetarán, aunque será más difícil que semejane escaloncito frene los deseos de explorar de un crío de tres o cuatro años.
Un bancal de 50 cm de alto es infalible. A nadie se le ocurrirá encaramarse ahí para pisotear el mullido suelo donde viven tus plantas. Sólo un gato tiene ese privilegio a su alcance y contra eso, lo siento, no hay nada que hacer.
Te evitará cavar y mover muchos metros cúbicos de tierra.
Si vives en una zona urbana, es muy problable que tu suelo no sea muy fértil. En mi caso, en un pareado en las afueras de Madrid, la situación era de las peores posibles: tierra añadida por la constructora al final de la obra, seguramente resultado de la excavación inicial para los cimientos, y que de paso aprovecharon para tapar montones de escombros y basura.
En cuanto quieras hacer un huerto o jardín de cierto tamaño, incluso si las condiciones no son tan malas como las que yo me encontré, la cantidad de tierra que tienes que mezclar, remover ó directamente sustituir, supera sobradamente lo que tus vértebras y la paciencia de tu familia pueden soportar.
Es cierto que puedes llamar a una empresa que vaya a tu casa con una excavadora, se lleve lo que haya que llevarse en un camión y te traiga tierra buena. Eso sí, pon en forma tu tarjeta de crédito y respira muy hondo cuando compruebes con tus propios ojos a qué se refieren con eso de tierra buena (yo me he encontrado trozos de botellines en una cosa que pagué como tierra vegetal). Todo ello suponiendo que tu jardín sea accesible para una excavadora y no haya que meter la tierra en sacas con un helicóptero.
Mejor hacia arriba que hacia abajo
¿La mejor solución? Sin ninguna duda, poner bancales elevados y rellenarlos con tierra en condiciones. Como mucho, si el bancal no va a ser muy alto (menos de 30 cm) puedes soltar un poco la tierra (como un palmo de profundidad) antes de instalarlo, pero no creo que sea imprescindible.
Si tu suelo ya es bueno, un bancal elevado es la manera más práctica de ganar profundidad extra para cultivas zanahorias, patatas y otras raíces comestibles. Siempre es más fácil hacer crecer el suelo cultivable hacia arriba que hacia abajo.
En mi opinión, las dos ventajas que acabo de explicar, ya son suficientes para decidirse a cultivar en bancales elevados, ya sea hortalizas o plantas ornamentales ó incluso árboles. Pero hay una tercera muy importante:
Accesibilidad
Esto es fundamental para tres grupos de personas. Uno: las que ya van teniendo cierta edad y algunos achaques. Dos: las que tienen movilidad reducida. Y tres: las jóvenes y atléticas pero previsoras que se dan cuenta de que algún día pertenecerán a uno de los otros dos grupos, si no a ambos.
Tanto si cultivas flores como si lo tuyo son las hortalizas, tu espalda agradecerá que el suelo esté más cerca. En mi opinión esto empieza a ser verdad a partir de los 40 cm, una altura en la que puesto de rodillas en el suelo, tienes la superficie del bancal a la altura del pecho y puedes trabajar cómodamente.
Altura extra
Si ponerte de rodillas en el suelo es un proyecto inalcanzable para tí, te recomiendo bancales de 50 cm de altura (o lo que se adapte a tu estatura para que te puedas sentar cómodamente y 15 cm de superficie plana para apoyar el culo (sí, he escrito culo, qué pasa). Sentarte en el borde del bancal y trabajar de medio lado es muy cómodo, siempre y cuando no vayas a estar mucho rato en esa postura, ya que tienes que estar con los hombros girados respecto a la cintura, y acaba siendo algo forzado.
Si lo que quieres es poder trabajar sentado en una silla la elección de la altura será más crítica para que se adapte bien a tu estatura. Si además pones un bancal que sea más estrecho por abajo que por arriba, tendrás la superficie de trabajo un poco más a mano.
Estética
Si un bancal es bonito o no, es evidentemente una cuestión de gustos, pero lo que sí es indiscutible es que un bancal elevado supone un elemento de variedad en un jardín o huerto. Delimitar espacios y jugar con distintas alturas puede ser un recurso muy útil a la hora de diseñar un jardín, desde un punto de vista estético y funcional. Cómo utilices ese recurso es cosa tuya.
En el siguiente post hablo de otras ventajas que se suelen atribuir a los bancales elevados pero que me parecen más discutibles. Suscríbete si quieres mantenerte informado.