La verdad me siento mal hablando de cómo ‘cultivarlos’ puesto que es tan fácil que prácticamente… no hay que hacer nada!
Por supuesto, hay que escoger un lugar soleado y nutrir el suelo con abundante materia orgánica para plantar los bulbos pero eso es algo que igual se debe hacer con los demás vegetales quienes además estarían más que agradecidos por su compañía, ya que repele la mayor parte de las pestes y se la lleva bien con casi todos -excepto las habichuelas, fríjoles, arvejas y leguminosas en general, no se gustan-.
En general, el ajo es un vegetal de clima frío pero eso no quiere decir que mis amigos calentanos no puedan cultivarlo, ya que existen variedades de clima cálido que se podrían usar.
Hay dos tipos de ajo:
Ajos de Cuello Blando: Es el más popular y probablemente el tipo de ajo que venden en los supermercados. He leído que son muy productivos, y digo que lo he leído puesto que este tipo de ajo no se da bien en la región en donde vivo así que prefiero conformarme con escuchar los chismes de quienen tienen la fortuna de cultivarlos. También se dice que no producen tallo con flor (no por nada le llaman ‘blandos’), lo que hace que concentren su energía en producir muchos dientes en cada bulbo… entre 16 y 20. Es el tipo de ajo para climas cálidos (aunque tendría que verificar qué tan cálidos… les quedo debiendo el dato). Por último, una vez la cosecha se recoge y los bulbos se curan, éstos pueden durar hasta 8 meses almacenados.
Ajos de Cuello Duro: Estos son los míos! les gusta el frío y les va bien en el invierno. No producen tantos dientes por bulbo pero tienen un plus y es que sí producen tallo y una flor que es como una replica en miniatura del bulbo. Para un mejor rendimiento, es necesario cortar la flor, de esta manera la planta se concentra en el bulbo subterráneo.
Siembra
Yo sólo cultivo los ajos de Cuello Duro pero el mismo proceso aplica para los de Cuello Blando, excepto que se pueden plantar al inicio de la primavera y no en otoño como sus primitos, los duros.
En mi región, la mejor época de plantar nuestros ajos de cuello duro es bien entrado el Otoño, alrededor de la fecha de la primera helada del año. Sí, leyeron bien, la primera helada del año, lo que quiere decir que los dientes de ajo van a pasar el invierno entero con nieve y frío en la huerta por lo menos por unos 4 o 5 meses. Puede que suene un poco cruel pero qué le hacemos? así de frío les gusta, al menos a los de Cuello Duro.
Antes de plantarlos, es necesario preparar el suelo con abundante compost o abono bien madurado de vaca o caballo. La idea es que quede bien nutrido. También se riega con un poco de agua para humedecer el área.
La primera vez que planté ajos, compré un paquete de 4 bulbos y cada uno tenía unos 5 o 6 dientes.
Se deben separar los dientes y escoger los más grandes para sembrar.
Luego se hacen pequeños huecos en la tierra, de aproximadamente 5 a 10 centímetros de profundidad y de 15 a 20 centímetros separados entre sí.
Se coloca un diente de ajo en cada hueco, tratando de que la punta fina quede hacia arriba.
Cubrir los dientes de ajo plantados con tierra.
Adicionar una capa generosa de hojas secas que servirán como una colcha protectora a los dientes de ajo. Se sabe que les gusta el frío pero tampoco congelarse.
Crecimiento
Una vez plantados y acolchados, simplemente hay que dejar que la naturaleza haga su trabajo. Antes de que llegue el Invierno, los dientes tienen tiempo suficiente para generar raíces y prepararse para el gran día. Tampoco hay que preocuparse por regarlos puesto que… lluvia es lo que les cae durante el resto del otoño y durante el invierno terminan cubiertod debajo de una densa capa de nieve que paradójicamente les sirve de extra aislamiento de las temperaturas extremas del viejo frío del Gran Norte Blanco.
Cuando final y gloriosamente llega la primavera, los dientes de ajo ya han empezado a disparar sus filosas hojas que parecen cuchillos de un verde intenso! En momentos como esos no puedo más que contemplar admirada el milagro de la vida en uno de sus espectáculos más bellos.
Como dije anteriormente, los ajos de cuello duro producen un tallo largo que termina en una flor que si se deja allí, con el tiempo se convierte en un pequeño bulbo. Como el verdadero ajo que buscamos se está formando es el bulbo que queda bajo la tierra, es necesario cortar la flor antes de que forme el mini-bulbo en la punta de la planta.
Para ver cómo se podan las flores de ajo de cuello duro pueden ver un video en mi canal de YouTube aquí
No descarten la flor o el bulbito! ambos se pueden utilizar en las recetas como si fuera ajo de verdad.
Cosecha
Aparte de cortar la flor recién entrado el verano, no es mucho lo que hay que hacer. De pronto regar con agua cada dos semanas si no ha llovido recientemente o arrancar alguna mala hierba que ose competir por nutrientes. Personalmente creo que el ajo es fantástico, es decir, quién puede imaginar el sabor y sazón de un buen sancocho sin el espíritu vivificante del ajo. Pero la mayoría de las pestes no piensan lo mismo, tendrían que estar muy hambrientas como para acercarseles al ajo… y es un alivio para nosotros!
El ajo está listo para la cosecha cuando el hermoso verde de sus hojas decae y los tallos simplemente se doblan y caen rendidos a los pies del suelo que por muchos meses los alimentó. Con la reverencia que se merecen, se aparta la tierra alrededor y se hala cuidadosamente hasta que el bulbo se desprenda del suelo. Se sacude el exceso de tierra y se ponen a curar en un sitio seco, a la sombra, preferiblemente alineados en una superficie plana o colgados en un lugar ventilado durante dos semanas.
La idea de curar los ajos es dejarlos eliminar el exceso de humedad para que se conserven durante meses. Al final de la cosecha, se eligen algunos de los bulbos más grandes para empezar el ciclo de nuevo!.