Por lo tanto, es una hortaliza que no debe faltar ni en nuestro huerto ni en nuestra cocina.
Beneficios del ajo
El ajo, además de dar sabor a nuestras comidas es un excelente repelente de insectos que podemos utilizar para proteger las plantas del jardín y el huerto.
Pero también aporta numerosos beneficios para nuestra salud.
Al consumir ajo, contribuimos a mejorar la circulación sanguínea y, por lo tanto, ayudamos a controlar la hipertensión arterial.
Además, es beneficioso para mantener los niveles bajos del colesterol, ayuda a la digestión y es un excelente desinfectante intestinal.
¿Cuándo sembrar ajos?
En el hemisferio norte, los ajos se siembran en otoño e invierno, más precisamente, desde el mes de octubre hasta febrero, inclusive.
Variedades
Hay diversas variedades de ajos con diferencias de color, tamaño, aroma, precocidad, etc. aunque, sin entrar en detalles, podríamos agruparlos en 2 grupos: ajo blanco y ajo morado.
El blanco es muy productivo, de aroma fuerte y de buena conservación.
El morado o rosa, es más temprano, poco resistente a la humedad y se conserva peor que el blanco.
A la hora de seleccionar ajos para sembrar, es recomendable elegir aquellas variedades autóctonas o que se adapten mejor a nuestra zona.
Es importante elegir ajos de siembra que, a diferencia de los comprados para consumo, no han sido refrigerados por lo que su probabilidad de germinación es mayor y más rápida.
Preparación del suelo
En primer lugar, hay que preparar previamente la tierra con la azada o con la mula mecánica. Como sucede con las cebollas, los ajos se siembran a poca profundidad así que con la azada sería suficiente.
Con cualquiera de las dos opciones, romperemos los terrones de tierra, airearemos el suelo y quitaremos las malas hierbas de raíz.
Una forma sencilla de arrancar las malas hierbas consiste en aprovechar cuando la tierra está húmeda por riego o por lluvia. En ese estado se pueden extraer de raíz con suma facilidad.
Abonar con estiércol y/o compost maduro es un buen aporte a la tierra donde posteriormente sembraremos los ajos.
Una vez que arrancas las malas hierbas, quitas las piedras, dejas la tierra suelta y abonada, pasas el rastrillo para alisar el suelo y, finalmente, empiezas a hacer los surcos.
¿Cómo sembrar ajos?
Si la finalidad es cosechar ajos tiernos o ajetes entonces enterraremos la cabeza entera de ajo sin separar los dientes.
Sin embargo, si lo que nos interesa es cosechar una cabeza, entonces separaremos los dientes y los sembramos uno a uno en cada hoyo.
¡Ojo! no nos equivoquemos en la posición de los dientes. El ápice va hacia arriba y la raíz hacia abajo.
Se hace un surco y se entierra el diente de ajo en la parte de arriba del lomo del surco con la finalidad de que el agua caiga en el fondo del surco y no los encharque.
En cuanto a la distancia, cavaremos un hoyo cada 10 cm donde se colocará el diente de ajo a 5 cm de profundidad y lo taparemos con tierra.
Siempre que podamos es aconsejable sembrarlos con la luna en fase menguante.
La misma pauta seguiremos con los demás bulbos y cualquier cultivo que se desarrolle por debajo o a ras de la tierra.
Puedes consultar el calendario lunar aquí.
Los ajos requieren poco riego y le perjudican los encharcamientos.
Cuando acabamos de sembrarlos, los regamos con una regadera para que se asienten mejor en su nuevo emplazamiento. En cambio durante su crecimiento, prácticamente, no hace falta regarlos y menos aún si es temporada de lluvias.
Su siembra se puede realizar perfectamente en macetas ya que no tienen mucha raíz ni tampoco necesitan profundidad.
Lo que debemos cuidar del cultivo en macetas es que tenga buen drenaje. Al regarlos debemos procurar que no se encharquen y, por consiguiente, se pudran.
En primavera, si la planta florece se debe extirpar el tallo floral para favorecer el engorde de los bulbos. Lo mismo se puede aplicar a la cebolla.
Plagas y enfermedades
Los insectos que atacan al ajo son el escarabajo, la noctuela y la mosca.
En cuanto a las enfermedades, puede padecer mildiu, roya y podredumbre.
La mejor defensa es hacer rotación de cultivos y, en el caso de desarrollar alguno de estos males, hay que evitar la siembra en el mismo lugar durante algunos años.
¿Cuándo se cosecha?
Se cosecha a partir de los 5 meses de su siembra en primavera y verano.
Los cosecharemos cuando el suelo esté medio seco quitándole la tierra a las cabezas, sin usar agua.
Finalmente, dejamos que se sequen al sol o en lugar aireado.
Los ajos cosechados se pueden conservar durante meses en cualquier sitio que sea fresco y seco.
Después de disfrutar de tus propios ajos aromáticos y jugosos ya no dejarás pasar ningún invierno sin sembrar ajos
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