Y tras dedicar el último mes a defender nuestros huertos y jardines, previniendo plagas, Semillas Huerta y Jardín vuelve a entonar su cántico favorito: ¡a plantar, cultivar, sembrar!
Uno de los muchos atractivos de tener nuestro propio huerto en casa es que podemos llenar nuestras despensas con lo que cultivamos en él, pero no estamos hablando sólo de hortalizas ?sí, sin ninguna duda, nuestros tomates y pimientos caseros van a ser la envidia de nuestros vecinos-, sino de todos los condimentos, plantas aromáticas?, que también podemos hacer crecer en nuestro huerto urbano.
Por eso, durante las próximas semanas, vamos a daros unos cuantos consejos sencillos sobre qué podemos plantar y cómo hacerlo. ¡Manos a la planta!
Bien, la elegida para dar comienzo a estos posts es?: ¡la stevia! (o estevia), una planta fanerógama perteneciente a la familia de las asteráceas, originaria de las regiones subtropicales de Latinoamérica.
Es muy apreciada por su poder endulzante, ya que puede ser un sustituto natural del azúcar y de los edulcorantes químicos. De hecho, los indígenas guaranís la bautizaron -sí, otro nombre complicado de los que nos gustan- como ka-a he-ê, que significa "hierba dulce", y durante al menos 1500 años la cultivaron para utilizarla como edulcorante. Algo totalmente lógico, ya que sus hojas tienen una capacidad edulcorante entre 30 y 45 veces mayor que la de la sacarosa (el componente principal del azúcar).
También la utilizaban como planta medicinal, ya que tiene propiedades beneficiosas para la salud: se utiliza como medicina natural para reducir la presión arterial o para regular el aparato digestivo. Algunos, incluso, la han llamado la planta de los diabéticos, ya que, según algunos estudios, posee propiedades reguladoras de los niveles de azúcar en sangre.
Pues parece que hemos hecho una buena elección a la hora de decidirnos a plantar stevia... Pero, ¿cuándo la plantamos?, y ¿cómo es su cultivo?Estamos de suerte, porque nuestra dulce amiga se planta desde la primavera y hasta mediados de agosto.
Riego: Constante para mantener la humedad, pero evitando los encharcamientos. En invierno debe reducirse a una vez por semana.
Suelo: Poco exigente, crece bien en terrenos arenosos o arcillosos, aunque es sensible a la salinidad del terreno (y del agua de riego).
Temperatura: Entre los 18 y los 34º. Una temperatura inferior a los 5º matará a nuestra planta.
Luminosidad: Exige muchas horas de exposición a la luz. Cuando los días se acorten, habrá una parada vegetativa en su crecimiento, que retornará otra vez en primavera.
Floración: Finales de verano y principios de otoño.
Plagas y enfermedades: Extremadamente resistente a hongos y plagas, siempre que se evite el encharcamiento en el riego.
Las semillas se siembran directamente en el jardín en un marco de plantación de 25x25 centímetros o bien en macetas cuya capacidad mínima ha de ser de 15 litros.
Y llega el momento de probar nuestro cultivo. No olvidéis que las hojas de la stevia pueden ser consumidas tanto frescas, como en infusión o como ingrediente dentro de la comida ?otro punto a su favor, podemos ser creativos a la hora de degustarlas-.
¡Feliz siembra y bon apetit!
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