Te busco en el rostro del agua,
Entre las variadas flores.
Te busco, te busco
Y en vano te busco en el rostro del agua.
Te busco entre mis manos, en el bosque de lluvias,
En las esteras húmedas y esponjadas,
En las hojas, y te contemplo en el
Árbol florido de mi jardín.
Autor del poema: Francisco Morales Baranda
Se asomaban, ondeaban, murmuraban...
Tenían caritas rojas, jaspeadas, irisadas
Crecían desmesuradas
No se preocupaban por las demás compañeras.
Cuchicheaban entre ramas...
Tan llamativas, tan provocativas
Con rubor bien marcado.
Elevándose entre las demás.
Muy fáciles en el cultivo.
Primas hermanas de Plectranthus y Ortigas... Sí, sí; ortigas.
Es un medio arbusto de sombra o solamente sol por la mañana.
Cuanto más se abona, más colosal se pone.
Combinan de maravilla con plantas de follaje grisaceo o verde jugoso.
Se considera planta anual. No suele aguantar las heladas prolongadas . Sus tallos son muy carnosos y llenos de agua. Con las primeras heladas se congela ese agua y la planta se suele morir, a no ser que le busquemos un lugar muy resguardado y protegido del frío intenso.
Las hojas son fascinantes.
Las hojas, que es lo más vistoso, son un verdadero festival arcoiris.
Rojos, rosas, marrones, vino, burdeos, casi negros, verdes, amarillos, naranjas... Así hasta el infinito. Son muy tersas y sedosas al tacto. Recuerdan a la textura de una fina tela de pana.
Y de aspecto qué se puede decir?
Imposibles formas, diseño perfecto, redondeces, de punta, acorazonadas, dentadas, aserradas...
El toque tan intenso y curioso que dan al jardín o a un balcón no tiene desperdicio.
El mío está en un balcón, donde el sol solo llega por la mañana. Y sólo a las partes más altas de la planta. El resto está en la sombra. Se ha"desmadrado" literalmente. No le hice nada. La deje crecer y crecer. Sólo lo aboné una vez con guanumus. Por lo que he visto le fue suficiente.
Mi coleo desmadrado.
El verano con riegos cada 6 horas 5 minutos. Como todo lo que tengo a su alrededor ( Aralia, Euonimus, Lavandas, Abelias, Rosales , Mandevillas y... Cebollino) Detrás planté una trepadora; Thunbergia Alata. Se hacen buena compañía. No se estorban ni molestan.
Los coleos, como las ortigas, crecen a su modo. Así, descomunales y despeinados.
Pero tiene su gracia.
Lo que más me fascina es el colorido tan increíble que tienen. En general soy muy fan de todas las plantas de hojas divertidas y diferentes. Y este coleo era muy feucho cuando lo planté. Se ha puesto espectacular.
Hay cientos de variedades. Son muy adecuadas también para cultivarlas en casa. Necesitan muchísima luz para mantener el colorido tan atractivo.
Mi madre tenía varios en casa y de muchos colores. Se mantenían casi solos. En casa necesitan mucha menos agua. Nunca hay que encharcarlos porque se pudren. Con un abonado al mes tienen suficiente.
Como todas las plantas florece. Para mi gusto las flores no aportan belleza. Todo lo contrario. Quitan fuerza a las hojas así que conviene cortarlas. De vez en cuando se pueden quitar algunas puntas para estimularlas a que broten desde abajo. Le sentará de maravilla y surgirán ramas nuevas con hojas nuevas y jóvenes.
Es una planta muy sencilla de cultivar, extraordinariamente decorativa y que desprende una luz que aporta alegría y una visión espléndida.
Y a mí una planta me tiene que "hablar". Me tiene que llamar, transmitir, seducir...
Lo suelo decir mucho. Esa es unas de ellas. Por su follaje, por su asombroso crecimiento, por su encanto y esplendor. Por su capacidad de aderezar con trazos de colores los jardines, patios, balcones...
Es un tipo de vegetal que estuvo de moda hace muchos años. Casi todas nuestras abuelas y madres tenían algún coleo en casa o en el patio.
Desaparecieron durante unos cuantos años y de repente se vuelven a ver en las floristerías o viveros.
Las modas, que vuelven. Y razón no le faltaba a nuestras abuelas en tenerlas. Es un arbusto tan poco exigente, tan sencillo y nos devuelve lo poco que le damos con una belleza muy llamativa. Además cada vez hay más variedades híbridas, más raras , más diversas con el "diseño" de las hojas... es muy difícil no caer en la tentación de adquirir uno.
Si tenéis algo de planta de hojas grisáceas o verde claro, ponedlas juntas con los coleos. El efecto a la vista es impresionante.
Lleváos uno cuando lo veáis. No os arrepentiréis.
De todos modos a mí me encantan las flores ROJAS. Creo que no soy muy objetiva...
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