Hoy os contaremos cómo hemos logrado preparar la huerta en cinco días tras el confinamiento por Covid-19.
El invierno transcurría con normalidad en la Huerta del Corneja. A principios del mes de marzo ya habíamos recogido los tutores y los restos de cosecha del año anterior, teníamos repollos y lombardas para recolectar, habíamos sembrado ajos, una era de lechugas y otra de rúcula, teníamos podados los frutales y los habíamos curado con un aceite de invierno.
Sembramos dos plantones de cerezos silvestres, habíamos injertado varios manzanos y perales.
El abuelo entra en la huerta después de dos meses y medio
Al declararse el estado de alarma, por el coronavirus, no pudimos desplazarnos hasta casi tres meses después. Este periodo se caracterizó por lluvias abundantes y temperaturas moderadas, sin heladas.
Así estaba la huerta
El 28 de mayo, por fin, pudimos ir a la huerta.
Día 1
La encontramos completamente cubierta de hierba, sobre todo gramíneas, que alcanzaban las ramas inferiores de los frutales.Los repollos, las lombardas y la rúcula estaban en flor. Las lechugas estaban nacidas y muy pequeñas y las fresas de Aranjuez maduras.
Este primer lunes lo dedicamos entero a retirar los repollos, segar la hierba con la desbrozadora y retirarla sobre las lindes laterales y después labramos la huerta pasando varias veces el motocultor. Como curiosidades deciros que no arrancaba, además de tener que sustituir la bujía perdimos un pasador que tuvimos que ir a comprar.
Así quedó la huerta en este primer día
Como podéis imaginar hicimos un día completo en la huerta, nos ayudó el buen tiempo y que los días son largos en mayo. El resultado mereció la pena.
Dejamos reposar la huerta de lunes a viernes y el compost, como no estaba muy maduro, no lo incorporamos, lo dejaremos para el año que viene.
Nuestra motoazada
Día 2
El viernes se abrió el mercadillo de frutas y verduras de Ávila y pudimos comprar cebollino (cebollas valencianas y blancas), pimientos (de Padrón, italianos y morrones), berenjenas (moradas y rayadas) y acelgas. También compramos medio saco de patatas blancas de siembra, certificadas.Durante el confinamiento habíamos preparado un semillero de tomates en Ávila, cuando fueron suficientemente grandes los trasplantamos a celdas individuales y el abuelo los estuvo cuidando y mimando tanto, que ¡casi nos ocupaban toda la terraza!.
Nuestros tomates
El viernes por la tarde volvimos a pasar el motocultor a toda la huerta, dos pasadas y cogimos cuatro cajitas de fresas de Aranjuez. El terreno estaba muy seco, prácticamente no había tempero y no sabíamos si seguir adelante o dejarla sin cultivar este año.
Surcando la huerta
Día 3
El sábado por la mañana surcamos una tercera parte de la huerta con la azada y a media mañana tuvimos que salir corriendo pues se puso a llover. Volvió a llover por la tarde, cayeron más de 50 litros por metro cuadrado, llovió fuerte pero sin hacer daño y lo celebramos con una fabulosa siesta y disfrutando de la lluvia desde la ventana.Sembramos una era de zanahorias y escardamos las frambuesas.
Frambuesas antes y después
Día 4
El domingo por la mañana, como la huerta estaba muy mojada, pasamos la desbrozadora alrededor de los ajos ya que la hierba de los laterales los había invadido y los escardamos. Al mediodía volvió a llover y se caló de nuevo el terreno.Ajos antes y después
Cuando dejó de llover, por la tarde, aunque estaba muy húmedo y al pisar nos hundíamos ligeramente, decidimos sembrar.
Las dos variedades de cebollas, utilizando un palo con punta y sin necesidad de regar.
Los puerros, por el mismo método.
Las berenjenas moradas y rayadas.
Acelgas, pimientos y berenjenas recién sembradas
Los pimientos de tipo Padrón, italianos, morrones y un par de guindillas.
Las acelgas.
Judías verdes, judías moradas y patatas, sembradas
Las judías verdes tempranas, las blancas de riñón, las verdinas y los pipos morados.
Las patatas blancas tempranas y las patatas finas de Gredos.
Eras y lechugas sembradas
Dia 5
El lunes por la mañana surcamos otra tercera parte de la huerta, escardamos las fresas y continuamos con la siembra.Lechugas, extrayéndolas del semillero y sembrándolas directamente, sin tener que regar.
Semillas de calabacines, pepinos, sandía, de melón y de calabazas de esponja (lufa).
Semillas de zinnias, en era y tubérculos de gladiolos, con la azada.
Eras de repollos lisos y rizados, de romanesco, coles de Bruselas y lombarda.
Judiones y judías planchadas sembradas
Por la tarde sembramos:
Los judiones y las judías planchadas.
Tomates recién sembrados
Nuestras cuatro variedades de tomates. Como los plantones estaban muy altos cortamos unos pequeños tutores, ramas secas de sauce, de unos 50cm y los clavamos junto al tronco. Los atamos con hilo de algodón. Después los cambiaremos cuando pongamos los tutores definitivos.
También nos dio tiempo a colocar una red en un cerezo que ya tenía sus frutas pintonas, así permitirá que los pájaros nos dejen probarlas, aunque hay abundantes cerezos silvestres, éstas seguro que les resultan más apetitosas y en un par de días podrían acabar con todas ellas .
Cerezo cubierto con red
Después de tantas dudas e incertidumbre ¡ya tenemos la huerta en marcha!. Lo hemos conseguido en cinco días, bueno hemos trabajado cuatro pero el día que hemos perdido por la lluvia lo hemos ganado con creces por no tener que regar para sembrar y porque al haber tempero las semillas y tubérculos nacerán fácilmente y así esperamos cultivar con éxito nuestra huerta un año más.
Nuestros frutales
Los frutales, excepto los perales, han cuajado bien y están bastante sanos.
Fresas de Aranjuez
Recolectamos varias cajas de fresas de Aranjuez, perejil fresco y un ramo de rosas. También nos llevamos judías secas, patatas del año anterior, orégano y muchos tarros de conservas vegetales y de mermelada. ¡Había que reponer la despensa!.
Durante el confinamiento procuramos mantener cierta actividad física, al aire libre nos cuesta menos trabajo y tenemos menos agujetas, bueno, igual es porque se reparten más por todos los músculos del cuerpo. En esta zona de montaña no es tarde para sembrar y si el tiempo nos ayuda, conseguiremos cultivar nuestra huerta como ininterrumpidamente se viene haciendo desde hace más de 100 años.
Huerta labrada
El abuelo, que cumplió 85 años confinado, estuvo en todo momento colaborando y por supuesto dirigiendo las “operaciones”.
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