Los terrarium son unos recipientes de cristal con un armazón de cobre parecidos a un pequeño invernadero de interior. Fueron inventados por el biólogo del siglo XIX Nathaniel Ward, que los usaba para transportar de un modo seguro especímenes, especialmente helechos de un país a otro. Los helechos se convirtieron rápidamente en una de las especies más populares entre los aficionados a las plantas y los terrarium de Ward empezaron a invadir los salones de las más elegantes casas victorianas.
La elección de un terrarium
Los garden centres y las floristerías disponen en la actualidad de una amplia gama de terrariums de cristal y metal basados en el diseño original de Ward. Son muy decorativos (aparte de bastantes caros), pero no puede decirse en absoluto que sean los únicos recipientes adecuados para la función que cumplen.
Casi cualquier contenedor de cristal puede usarse como terrarium y ofrecer un entorno perfectamente idóneo a sus plantas. Lo ideal es que tenga una puerta o tapa que cierre herméticamente y que la parte superior sea inclinada para que el agua condensada se deslice por sus paredes suavemente en vez de soltar gruesas gotas sobre las plantas que están debajo. De todos modos, muchos de los terrarium actuales tienen una estructura más abierta y de hecho están a medio camino entre uno de los clásicos modelos de Ward y lo que podría considerarse como una maceta sofisticada.
Como funciona un terrarium
Si pueden sellarse completamente, los terrariums funcionan como un jardín en botella contrarrestando la atmósfera cálida y seca, común en una casa con calefacción central, con la creación de un microclima húmedo. Combinado con una fuente de calor adecuada, este microclima va bien a las más delicadas plantas de interior cuyo hábitat natural es la húmeda jungla tropical.
Un terrarium sellado es casi completamente autosuficiente. El agua del compost que hay en el fondo del contenedor es recogida por las plantas y expulsada por sus hojas en forma de vapor. El vapor se condensa en forma de gotitas en las paredes y techo de cristal del terrarium y, juntamente con el agua evaporada directamente de la tierra, regresa al compost.
A partir de ese momento empieza de nuevo el proceso, capacitando a las plantas a vivir sin apenas tener que prestarles atención. Si el terrarium tiene una abertura al exterior tendrá que regar las plantas del mismo de vez en cuando, aunque probablemente menos que las plantadas en maceta de un modo más convencional.
Algunos terrariums están casi totalmente abiertos por la parte superior; en ese caso si bien el contenedor aumenta el índice de humedad en torno a las plantas, no pueden considerarse como auténticos terrariums sino como un tipo especial de maceta.
Plantando en el contenedor
Una vez decidido el contenedor a usar, el siguiente paso es lavarlo escrupulosamente, de modo que ningún hongo dañino pueda introducirse en él posteriormente.
Lávelo con un detergente líquido, enjuáguelo a conciencia y déjelo secar bien antes de empezar a llenarlo.
En primer lugar, ponga una capa de grava para el drenaje de un espesor mínimo de 13 mm., y hasta de 5 cm, si su contenedor tiene profundidad suficiente.
Ponga luego una capa del mismo grosor de carbón vegetal ligeramente desmenuzado (para evitar que el compost se vuelva ácido).
La última capa ha de ser de unos 5-8 cm.,de compost para maceta a base de turba mezclado con un poco de arena.
Haga un pequeño orificio en el compost para cada planta, introduzca esta con cuidado y presione el compost firmemente en torno a las raíces.
Recuerde no poner las plantas demasiado cerca unas de otras para que tengan espacio para crecer.
Una vez colocadas todas las plantas, proporcióneles un poco de agua dejándola deslizarse por las paredes si el recipiente tiene una abertura estrecha o rociándolas con un aspersor si dispone de espacio para ello.
Hecho esto coloque su terrarium en un lugar ligeramente sombreado y cierre la puerta o ventana del mismo, si la tiene.
Agua, alimentación y luz
Un terrarium sellado raramente necesitará ser regado, probablemente solo cada cuatro o seis meses. Compruebe de vez en cuando con los dedos el estado de la superficie del compost: si aparece seca, riéguela con cuidado hasta que este ligeramente húmeda.Tenga cuidado de no regar en exceso: el compost no debe saturarse ni la superficie estar mojada.
Los terrariums abiertos necesitan ser regados más a menudo, en función de lo rápido que se seque el compost.
En un terrarium bien construido no es preciso alimentar a las plantas, ya que ellas mismas producen constantemente los nutrientes que necesitan.
No utilice fertilizantes químicos: son fuerytes para el ambiente de un terrarium y lo único que conseguirá será estimular la presencia de parásitos y moho.
Un terrarium necesita entre seis y ocho horas de luz de día para que las plantas del mismo puedan florecer. No es aconsejable, sin embargo, que estén a la luz directa del sol, ya que ello aumentaría la condensación en su interior y podría pro0ducir quemaduras en las hojas. Téngalo todo el año en un lugar con suficiente luz pero ligeramente sombreado.
La poda
En el marco protegido y húmedo de estos pequeños invernaderos, incluso las plantas de crecimiento lento pueden llegar a hacerse más grandes. Es importante mantener las proporciones de cada planta, ya que las que crecen más vigorosamente pueden llegar a perjudicar a sus compañeras más discretas asfixiándolas o privándolas de la luz que necesitan para vivir.
Retire temporalmente las plantas más grandes del terrarium y pódelas sistemáticamente antes de devolverlas al mismo o bien retírelas definitivamente ( trasplantándolas a una maceta, si quiere) y sustitúyalas por una nueva planta joven.
Problemas mas frecuentes
De vez en cuando deberá controlar que sus plantas no hayan sido atacadas por algún parásito. Las hojas mustias o caídas pueden ser síntomas de infestación. Trate la planta infestada con una solución de agua ligeramente jabonosa; no es una operación difícil simplemente lave las hojas con una esponjita o algodón. En casos más graves, friegue hojas y tallos con alcohol desnaturalizado.
Nunca use pesticidas químicos de spray en un terrarium, ya que las sustancias de que se componen no se dispersan bien y se acumulan en la atmósfera, causando daños a las plantas. Si tiene que usar un spray, saque la planta del contenedor y no la ponga dentro hasta que este seguro de que ya está sana.
Si sus plantas pierden color y está seguro que no han sido atacadas por ningún insecto, es posible que necesiten más agua o más luz. Experimente trasladando el terrarium a un lugar con más luz, y si eso falla, deles un poco más de agua a sus plantas.
Recuerde no debe usar fertilizantes líquidos. La condensación excesiva puede ser otro problema en los contenedores sellados. Aunque no es grave. Límitese a abrir la tapa y deje que se airee el interior hasta que las paredes de cristal estén libres de vapor.
Tape de nuevo el terrarium y las plantas no sufrirán ningún daño. Hemos expuesto los problemas posibles, pero no es probable que su terrarium llegue a sufrirlos. Por lo general esos hermosos jardines en miniatura presentan muy pocos problemas de mantenimiento.