Además de ofrecer un manto de color nos regala suaves y frescos aromas.
Se puede cultivar en casa, en terrazas, en macetas etc y también, por supuesto en el Huerto, formando macizos o rocallas.
Siembra y cultivo:
Es una planta muy agradecida a la hora de cultivar ya que es muy resistente y se adapta a practicamente todo tipo de suelos. Sin embargo, prefiere los buenos drenajes, una buena aireación y pleno sol.
Las semillas se deben plantar en otoño o en primavera si la zona es demasiado fría. Si todo va bien florecerá en primavera y a lo largo del verano.
También se pueden utilizar esquejes para su reproducción de unos 10 centímetros.
No hay que olvidar regar después de sembrar las semillas o plantar los esquejes.
Cuidados:
Si el tipo de suelo es muy arcilloso y presenta problemas de encharcamiento se puede utilizar arena para "soltar" el suelo y favorecer el drenaje.
La planta una vez adulta no necesita demasiado riego, solamente si no llueve demasiado en épocas de calor es conveniente regar.
Retirar las malas hierbas de alrededor de forma regular.
Se puede abonar con estiércol una vez por temporada.
Cosecha de flores:
Es conveniente realizar la cosecha de flores en su segundo año de floración. Además, mejor si se recolectan en días secos.
Una vez recogidas las flores es aconsejable cortar las ramas que han contenido las flores hasta la altura de las hojas.
Usos:
Aceite esencial de lavanda: Muy utilizado en fragancias y aromaterápias. Lógicamente se necesitan gran cantidad de flores para poder fabricar el aceite.
Miel de lavanda: A las abejas y a los apicultores les encanta este tipo de miel.
Jardinería: Como ya hemos comentado es una planta muy bonita y aromática.