Antes de hablar del cultivo de patatas tardías recordaremos que las patatas llegaron a España, desde el continente Americano, en 1567, durante este siglo se cultivaron tímidamente, probablemente hasta que se adaptó la producción a las condiciones del continente, ya que en América se recogen en marzo/abril y aquí en septiembre/octubre.
En el siglo XVII se cultivaron para alimentar el ganado, a lo largo del XVIII se fue generalizando el cultivo en Europa y en el XIX se cultivaron ampliamente y el consumo de patatas se extendió por toda España.
Ya en siglo XX se obtuvieron nuevas variedades perfectamente adaptadas a las distintas zonas de cultivo.
El cultivo de patatas, según la FAO, ha contribuido a erradicar el hambre y la pobreza en muchas zonas del mundo. Es uno de los más productivos en menos tiempo, necesita poca superficie y se adapta a condiciones ambientales difíciles.
Hasta mediados del siglo XX en la huerta se cultivaron variedades locales, como la antiquísima patata fina de Gredos, después fueron mayoritariamente sustituidas por otras obtenidas en los centros de mejora de la patata.
Nosotros actualmente sembramos patatas finas de Gredos, blancas tempranas y rojas tardías. Las finas son autóctonas y mantenemos la misma variedad desde hace más de 20 años, la simiente de las otras patatas la compramos, certificada para siembra, todos los años.
Las patatas tardías
Aunque hemos probado con otras variedades, llevamos muchos años sembrando patatas tardías rojas con este orden de preferencia: Víctor, Kondor o Desireé. Todas se adaptan perfectamente a las condiciones de nuestra huerta. Hoy la variedad Víctor es casi imposible de encontrar, la Kondor hay años que no la conseguimos y la Desireé es fácil de localizar.
Según la Base de Datos Europea de Patatas Cultivadas, Desiree es una variedad semitemprana originaria de Holanda y Kondor es una variedad semitardía procedente de los Países Bajos.
Las plantas de la variedad Desiree son erectas y suelen tener entre 4 y 8 tallos principales de color verde con tonos rojizos. La floración no es muy abundante y la flores tienen cinco pétalos unidos por los bordes dando a la corola un aspecto estrellado. Su color es entre blanco y rojo violáceo.
Las plantas de la variedad Kondor tienen entre 3 y 5 tallos, la floración es escasa, el color de los tallos es morado y el de las flores es rojo violáceo.
El cultivo
Sembramos las patatas rojas tardías a finales del mes de mayo y las arrancamos en septiembre u octubre. Para cultivar patatas se siembran tubérculos pregerminados, preferiblemente enteros, y si los partimos nos aseguraremos de que queden varios tallos en cada porción.
En el cultivo de la patata podemos distinguir estas cuatro fases:
– Brotación. De cada patata surgen varios brotes que alcanzan la superficie.
– Desarrollo vegetativo. De los brotes surgen tallos y se desarrollan hojas, raíces y estolones. Dura entre 40-45 días. Si se aporta mucho agua en esta fase, se precipita la tuberización. No se deben regar.
– Tuberización. Se forman los tubérculos, entre 2 y 4 por tallo. Esta fase comprende entre la 3ª y la 5ª semana, desde la nascencia. En este momento es cuando la planta necesita el máximo aporte de nutrientes del suelo, se los demandan tanto la parte aérea (tallos, hojas y flores están en pleno crecimiento) como los tubérculos.
La tuberización se ve favorecida cuando comienzan los días a acortar (finales del mes de junio). Esta es la razón de que en esta zona, el cultivo tan tardío de patatas, nos aporte año a año excelentes resultados.
– Maduración. Se desarrolla desde la floración de la planta hasta que muera la mayoría de la parte aérea. Los días de julio y agosto luminosos, secos, con oscilación térmica marcada entre el día y la noche y algunos riegos por inundación, favorecen que los tubérculos engorden y maduren, convirtiéndose en patatas.
Para cultivar patatas la tierra debe estar bien labrada y abonada. Muchos años hemos abonado con estiércol, pero ante la dificultad de obtenerlo de buena calidad (fermentado), hemos optado por combinar la rotación del cultivo con judías secas, por abonar en verde dejando crecer en invierno la pamplina (Stellaria media L.), también enterramos el compost y además cada año antes de la siembra abonamos ligeramente con NPK.
Así conseguimos cultivos de muy buena calidad, donde los únicos problemas los crean las plagas de escarabajos, las heladas tardías de primavera o la podredumbre de algunas patatas si al arrancarlas el terreno tiene exceso de humedad.
Las patatas rojas
Las patatas de la variedad Desiree son de tamaño mediano, forma oval redondeada, con ojos superficiales, la piel es roja, lisa y la carne amarillenta. Su calidad culinaria es buena y sirven para consumo en fresco, para freír, cocer o cocinar en el horno. Es una variedad productiva y se conserva bien.
Las de la variedad Kondor son de tamaño grande o muy grande, su forma es oval alargada, los ojos semiprofundos, la piel roja y lisa, la carne de color crema y son ligeramente más harinosas. Esta variedad produce menos tubérculos, más grandes y se conservan en el almacén en condiciones naturales con oscuridad, buena ventilación y temperatura constante, hasta el mes de junio. Es la variedad preferida por el abuelo para sembrar patatas tardías.
Consumo
Cocidas, fritas, asadas, arrugadas, en tortilla, en guisos…siempre es un buen momento para consumir patatas frescas.
Según la FEN las patatas contienen un 77% de agua, un 18% de hidratos de carbono, un 2,5% de proteínas y un 2% de fibra. Los hidratos de carbono (almidón y cantidades menores de glucosa, sacarosa y fructosa) hacen que su aporte calórico sea alto. También destaca su contenido en vitamina C (que no se pierde si se cocina al vapor), vitamina B6, potasio y carotenoides.
¿Las patatas engordan?
Si las consumimos fritas o con salsas, si. Cocidas al vapor, hervidas o al horno y aderezados con pimentón natural y un chorrito de aceite de oliva virgen, bastante menos. Además, si están frías o recalentadas, el almidón se vuelve “resistente”, engordan menos y según la Fundación Alimentación Saludable aportan otros beneficios.
¿Qué patatas comemos?
¿Sabéis que según el MAPA cada español consumimos al año más de 20 kg de patatas?.
¿Os habéis preocupado alguna vez de saber si se han cultivado en España o no?.
¿De qué variedad son?.
¿Son patatas inmaduras?.
¿Han sido tratadas después de arrancarlas con algún producto fitosanitario autorizado para que no broten, algún producto fitorregulador o algún insecticida?.
La mayoría de las patatas que se consumen en fresco proceden de cultivos industrializados en grandes parcelas y los intermediarios las conservan durante largos períodos en condiciones y ambientes controlados.
En las pequeñas huertas de las zonas de montaña solamente se cultivan para autoconsumo, sin embargo, si lo intentáis en otoño, podéis conseguir comprar algún saco de estas “otras” patatas.
Para informaros de la composición de las patatas fritas industriales y animaros a cocinar patatas frescas podéis leer este artículo “Los misteriosos 14 ingredientes de las patatas fritas“. Nos parece muy interesante.
Curiosidades: las patatas Víctor
En la segunda mitad del siglo pasado, en los pueblos de la ladera norte de la sierra de Villafranca, Santiago del Collado, Navaescurial, Pesquera y Villafranca de la Sierra, se sembraban patatas rojas tardías en muchas huertas de regadío. La producción se destinaba al autoconsumo (tanto de la familia como de los animales domésticos), las vendían para consumo en fresco o para simiente (eran muy valoradas por los agricultores de otras localidades próximas) y a veces se intercambiaban por otros productos, como aceite o vino, que no se obtenían en la zona.
La variedad reina entonces era Víctor o patatas “de vitor”, cómo se las llamaba. Es una patata de piel roja, muy tardía y productiva y que se conserva bien en las condiciones naturales de los almacenes, “patateros”, o en las “hoyas” que hacían en las huertas.
Según Ruiz de Galarreta, la variedad Víctor se obtuvo en España, en Vitoria, en 1950.
Las plantas tienen entre 2 y 3 tallos principales de color verde rojizo y una altura inferior a 100 cm. La floración es escasa y las flores son de color blanco con tonos lila.
Son de tamaño grande, forma redondeada, carne de color crema, piel de color rosado y suave, con ojos poco profundos. Su conservación es muy buena.
Actualmente los calibres grandes prácticamente no se venden en los lineales de los supermercados y esta variedad ya no se cultiva.
Fuente: este post proviene de Huerta del Corneja, donde puedes consultar el contenido original.
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