Ambas plantas son muy utilizadas en Navidades. Además, ambas portan bellas historias sobre sus orígenes y su uso. Sin embargo, no tienen nada que ver ni se parecen.
El Acebo
El Acebo (Ilex aquifolium) es un arbusto o pequeño árbol que puede medir hasta 20 metros de altura. Es muy longevo, pues puede vivir hasta 500 años. Presenta hojas persistentes simples, ovaladas, y pecioladas. De un verde muy intenso, aunque existen variedades variegadas o claras. También son coriáceas y muy espinosas.
Sus frutos, que sólo dan las hembras, son verdes en un primer momento, madurando a rojo hacia octubre o noviembre. Permanecen en la planta durante todo el invierno, de ahí su valor decorativo.
El Acebo sustituyó al muérdago en las celebraciones navideñas católicas, ya que el segundo tenía una fuerte connotación pagana.
El Muérdago
El Muérdago (Viscum album) es una planta parásita de tronco leñoso corto. Sus hojas, de color verde amarillentas, son lanceoladas y alternas. Crece sobre las ramas de otros árboles de hoja caduca.
Sus frutos son bayas pequeñas verdes, que cuando maduran son traslúcidas, de color blanco o amarillento. La pulpa, que contiene la semilla, es viscosa.
El Muérdago fue ampliamente utilizado para las celebraciones navideñas, como consecuencia de la tradición celta, dónde los druidas lo consideraban como una planta de la buena fortuna y la fecundidad. Posteriormente fue sustituido por el acebo, como ya hemos comentado.
Pero te preguntarás el porqué del título de este artículo. Hay muchas historias muy conocidas sobre esta planta y la Navidad o la fecundidad. Aunque, en este caso, te voy a contar una historia menos popular.
Me apetecía que conocieses esta bella historia perteneciente a la mitología nórdica: La muerte del dios Balder, y su relación con esta planta.
El Muérdago y la muerte de Balder
Balder era el segundo hijo de Odín y su esposa Frigg. Hermanastro, por tanto, de los consabidos dioses Thor y Loki.
Él era el más bello y querido de entre todos los dioses del reino de Asgard. Era tan hermoso y brillante que la luz se proyectaba desde él. Entonces comenzaron sus nefastos sueños, que su madre Frigg supo interpretar como un augurio de la muerte del propio Balder.
Cada Noche los sueños de Balder se volvían más oscuros. Las visiones de oscuridad y muerte le turbaban. Las pesadillas empezaron a hacer mella en su personalidad. Este dios, que solía ser alegre, terminó convirtiéndose en alguien sombrío y deprimido.
Odín entonces obligó a Hela, hija de Loki y guardiana del Helheim (el inframundo), a descifrar de una vez el sueño de Balder. Posteriormente se reunieron todos los dioses en Gladsheim para elaborar una lista de todos los dioses, animales, plantas u objetos que pudieran dañar al dios Balder.
Cuando hubieron terminado la lista, Frigg la llevó por todos los rincones de los nueve mundos, haciendo jurar a todos y cada uno de los integrantes de ella que nunca le harían daño a Balder. Todos juraron, excepto el muérdago, a quién se consideraba demasiado joven e indefenso para jurar.
El juego de Balder
Tras el juramento que su madre había obligado a realizar a todos los dioses y cosas, Balder ideó un juego. Pidió a todos los dioses que le arrojaran cuantas armas y objetos quisieran, para demostrar que ninguna cosa podía hacerle daño. Todos los objetos que le fueron lanzados no llegaron a tocarle.
Loki, que estaba resentido con el resto de dioses por el rapto de sus hijos, decidió terminar con la vida de Balder.
Durante mucho tiempo vagó por los nueve mundos en busca de un objeto que pudiera herir a su hermanastro. Pero fue disfrazado de anciana, y después de muchos acercamientos, cuando la propia Frigg, que no sospechaba de la astucia de Loki, le confesó que el muérdago no había realizado el juramento.
Fue de este modo que el propio Loki realizó una flecha con la madera del muérdago, capaz de matar a Balder. Pero como no quería que nadie supiese de su implicación, ayudó a su hermano Höðr a lanzarla. Höðr tampoco había realizado juramento alguno, pues era ciego. De esta forma fue su propio hermano ciego quien involuntariamente mató al dios más querido de todo Asgard, Balder.
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