Podemos usar cualquier jengibre, uno que encontremos en la calle, uno de supermercado o uno incluso que ya lo hayamos metido en la nevera por un tiempo. El caso es que tiene que tener esas "cabecitas" que veréis en el vídeo, porque por ahí es por donde brotará.
Lo vamos a hidratar metiendolo en un vaso de agua por unas cuantas horas, y después lo vamos a forzar a que germine. Le meteremos en una bolsa de plástico para que no se evapore el agua, y esta la vamos a tapar con un paño para crearle oscuridad. Como veréis en una semana ya habrá brotado y podremos plantarlo, dejándolo caer en la superficie de una maceta con tierra. ¡Y listo!
Es súper fácil y como os digo, relativamente rápido.
Los cuidados: son son los básicos para cualquier planta. Si tienes la suerte de vivir en una zona húmeda, puedes saltarte el paso de la bolsa, simplemente brotará en el ambiente. Los tallos crecen a lo alto, pero la falsa raíz (lo que es el jengibre que nos comemos) crece a lo ancho, así que es recomendable una maceta ancha y no profunda. Y en cuanto al riego y al sol, no es una planta muy quisquillosa, yo la riego un par de veces a la semana (porque vivo en un clima seco) y el sol le da todo el día, pero he leído por ahí que el sol directo no le gusta, así que mejor evitadlo.
Y poco más, si tenéis dudas las voy a leer todas como siempre, y espero que os haya gustado la entrada y el vídeo que os lo dejo aquí abajo. Si te gusta lo que hago te recomiendo que te suscribas a mi canal, que voy a subir dos vídeos semanales de manulidades, costura y plantas todo el mes de junio: suscríbete aquí que es gratis. Nosotros nos vemos en el próximo vídeo y en los comentarios. ¡Adiós!