(Imagen/ Flickr: ratnarajaiah)
El hibiscus se encuentra en los climas tropicales que adornan sus paisajes con unas flores muy apreciadas por su belleza y color. (Conoce los jardines tropicales en este reportaje).
El género 'hibiscus' acoge a muchas especies pero las más conocidas dentro de las latitudes españolas son particularmente dos: la 'Rosa de China' (Hibiscus rosa-sinensis) y la 'Rosa de Siria' (Hibiscus syriacus).
Los archipiélagos canario y balear son los que, bendecidos por un clima más que propicio, cuentan en su haber con un gran número de hibiscus durante todo el año. El clima continental también puede verlas florecer, pero a partir del verano.
La familia Malvaceae, original del continente asiático (Japón y China), es la que alberga al género 'hibiscus' y, dentro del mismo localizamos al Hibiscus coccineus, el elatus, el ludwigii, el moscheutos, el mutabilis, el schizopetalus, el sebastianii, etc.
Sin embargo, con el objeto de dar una información lo más completa posible, vamos a centrarnos en las dos especies más conocidas para no perder detalle acerca de sus características y sus necesidades de cultivo.
La Rosa de China
El nombre científico de esta magnífica planta ornamental, que llega a alcanzar los 3 m. de altura, es hibiscus rosa-sinensis y es muy prolífica dentro de los climas tropicales y subtropicales.(Imagen/ Flickr: Duy-Thuong)
Es un arbusto perenne que exige pocos cuidados y que está poblado con flores de forma continua. El aspecto de éstas es muy semejante al del papel, característica que se relaciona directamente con su fragilidad. Podremos disfrutarlas desde la mitad del verano hasta la mitad del otoño.
Las hojas dentadas de la rosa china tienen un color verde muy brillante mientras que los pétalos de la flor pueden llegar a medir 12 cm.
El rasgo más apreciado de los hibiscus son sus largos estambres. La Rosa de China es un buen ejemplo de este particular saliente más allá de la corola.
Sus flores poseen colores muy vivos y son muchas las tonalidades de las que actualmente se puede disfrutar.
Cultivo de la Rosa de China
Esta planta gusta de luz directa diariamente, si bien, en las horas centrales de los calurosos días de verano, procuraremos sombra.Una buena pista para conocer sus necesidades son los márgenes de temperaturas que la ayudan a crecer sana. El baremo ideal está entre los 13 y los 21 ºC, margen válido para todos los meses del año.
Si en el invierno, soporta temperaturas de hasta los 6 ºC, se pondrá mustia pero revivirá al año siguiente. A menos de 6 ºC morirá irremediablemente. Si en el verano la temperatura aumenta por encima de los 21 ºC, será muy beneficioso para la planta que la rociemos con agua.
(Imagen/ Flickr: Tab59)
Debe asentarse en suelos con buen drenaje para favorecer su crecimiento correcto. Del mismo modo, regaremos la tierra a menudo para que las condiciones de humedad sean siempre óptimas y luzca con vigor.
La Rosa de China necesita una tierra húmeda porque si no quedaría mustia y marchita, pero tampoco abusaremos del riego, ya que podríamos encharcarla.
La poda, a comienzos de la estación primaveral, nos permitirá desechar del arbusto aquellos brotes que no nos convenzan. Si la hemos cultivado en un tiesto, el volumen alcanzado puede pedirnos que la trasplantemos a suelo o a una jardinera más amplia.
Si tenemos pensado multiplicarla, el injerto es el método más empleado por ser muy cómodo y sencillo.
En cuanto al abono, existen fertilizantes en el mercado indicados especialmente para plantas de estas características. Lo único que tenemos que hacer es preguntar acerca de su dosificación.
Es importante que vigilemos las posibles plagas que puedan afectar al hibiscus, como son los pulgones, la mosca blanca o la araña roja.
La Rosa de Siria
Compite en belleza con su 'hermana', la Rosa de China. Aunque se conoce popularmente como 'Rosa de Siria', su nombre científico es Hibiscus syriacus.(Imagen/ Flickr: kanegen)
Esta variedad es mucho más tolerante con el clima que la especie anterior, ya que puede desarrollarse plenamente en climas templados y moderadamente fríos. Este arbusto es de hoja caduca y la altura máxima que puede alcanzar es de 4 m.
Cabe destacar que éste es un hibisco donde la columna estaminal no sobrepasa a los pétalos. La Rosa de Siria posee ramas grises y erectas, además de hojas dentadas de forma irregular.
Sus flores, dotadas con pétalos de hasta 7 cm, abarcan un abanico de tonalidades amplísimo que va del blanco al azul, pasando por el rosa, el lila o el púrpura.
Su fruto encapsulado está cubierto con pelos.
Cultivo de la Rosa de Siria
Con las temperaturas es mucho menos exigente que la Rosa de China ya que, poco a poco, se ha ido adaptando a cada vez más frío.No obstante, no la dejaremos a la intemperie si bajan demasiado las mínimas en los termómetros. El viento no la beneficia mucho, ya que no se agarra con mucha fuerza. Debemos proteger bien el arbusto de estas corrientes, ya que pueden inclinarlo e, incluso, arrancarlo.
Para su cultivo óptimo, este hibisco necesita pleno sol y riego abundante. Al igual que el Hibiscus rosa-sinensis, prefiere suelos húmedos porque éstos ayudan a florecer con más fuerza y a mantenerse lustroso más tiempo.
El terreno perfecto para su crecimiento armónico es, además del húmedo, el que está bien drenado, es profundo y rico en nutrientes. Habrá que insistir más en el riego en los meses previos a su floración. También aguanta especialmente bien en zonas de costa.
(Imagen/ Flickr: GGL1)
Con objeto de conseguir una floración fuerte entre julio y octubre, podaremos sin miedo anualmente, menos con los ejemplares adultos con los que sólo repasaremos su forma cuando despierte la primavera. De esta forma, conseguiremos que se multipliquen las ramificaciones que parten de su base. Esta operación resulta fundamental con los arbustos que aún son jóvenes, ya que después crecerán con gran fuerza.
Es muy utilizada dentro del ordenamiento urbano, como seto o como pequeño arbusto adornando avenidas y parques.
Su multiplicación se lleva a cabo por medio del esqueje y su abonado tiene que seguir las mismas pautas que la anterior, dejándonos recomendar por nuestra tienda de jardinería más cercana en cuanto a productos.
Las plagas que más daño pueden hacerle a estos ejemplares son la araña roja, el pulgón verde y la cochinilla.