Hoy te traigo un pequeño paso que es fácil de incluir en la dieta para hacerla más saludable. Es fácil de hacer y se puede convertir perfectamente en un hábito del que estar orgullos@ en 2017. Este hábito consiste en añadir la hierba de trigo en tu dieta.
¿Qué es la hierba de trigo?
El “wheatgrass” o hierba de trigo es el nombre del trigo germinado, en estos últimos años ha ganado mucha popularidad gracias a su contenido en nutrientes y minerales y a su fácil absorción. Está considerado un súperalimento. Cuidadín con esto, que aunque todas las propiedades nutricionales que te voy a enumerar a continuación son ciertas y provienen de fuentes fiables, esto solo tiene sentido si incluyes la hierba de trigo en una dieta sana y equilibrada, no existen milagros y mi intención no es venderte soluciones mágicas. Por eso, defiendo que incluir el wheatgrass en la dieta de forma regular tiene beneficios, pero si comemos fatal y nos pasamos el día en el sofá es como añadirle sacarina al café después de la cena de Navidad, simplemente no sirve de nada. Lo que quiero decir, básicamente: cuiden sus cuerpos serranos señores, que solo tenemos uno.
Propiedades nutricionales del wheatgrass
Vitaminas A, C, E, Calcio, Magnesio, Hierro y clorofila. Tiene un alto contenido en fibra y su contenido calórico es muy bajo. Todo ello lo convierte en un antioxidante muy potente.
Verdades y mentiras sobre el wheatgrass
Mientras que la ciencia no puede asegurar que un solo componente como el wheatgrass tenga tantos beneficios para la salud como se le adjudican (detoxificación de la sangre y el hígado, mayor resistencia a enfermedades cardiacas, diabetes o cáncer), muchos científicos aseguran que estos beneficios sí que se pueden adjudicar a una dieta rica en vegetales. Es decir, el wheatgrass no es un producto milagroso, es un producto vegetal que contribuye en todos esos beneficios que una dieta saludable y rica en vegetales conlleva. Con lo que no te exime de comerte tus verduras. Eso sí, la concentración de clorofila es más elevada en el wheatgrass que en otros vegetales, lo que contribuye en mayor medida a mejorar la circulación sanguínea y a activar ciertas enzimas en el hígado. Todo esto ayuda a acelerar el propio proceso de detoxificación del organismo y a obtener más energía. Su similitud estructural con la hemoglobina ayuda también al transporte de oxígeno en sangre, por lo que viene muy bien en periodos de anemia.
Cómo cultivarlo
Coloca las semillas en remojo durante unas 7-8 horas
Llena la bandeja del invernadero con un dedo de sustrato.
Humedécelo.
Espolvorea las semillas sobre el sustrato, repartiéndolas sobre toda la superficie de la bandeja, siembra en densidad, sin necesidad de dejar espacio entre las semillas pero sin apelotonarlas demasiado.
Coloca la cúpula del invernadero
Mantén el sustrato húmedo durante todo el proceso regando a través de la bandeja.
Cuando las semillas hayan germinado y tengan aproximadamente un dedo de longitud, retira la cúpula para aumentar la aireación.
Cuando los brotes tengan unos 8 cm de longitud, córtalos con unas tijeras.
3 formas de preparar el wheatgrass
El wheatgrass tiene un inconveniente, y es que tiene un alto contenido en celulosa que nosotros, los simples humanos, no podemos digerir. Por eso es necesario extraer su jugo para aprovechar sus beneficios. Te dejo 3 formas de extraerlo y un bonus extra mío haciendo el cabra, literalmente.
1. Licuadora
Sencillo y rápido. Desventaja, requiere tener licuadora, que suelen ser caras y un rollo de limpiar. Si cuentas con una y con la paciencia de mantenerla al día, no dudes en usar este modo porque es la forma más rápida.
regla: 60 gramos de wheatgrass cortado = chupito de jugo de wheatgrass (dosis más que necesaria)
2. Mortero
Modo tradicional, sin gasto de energía de por medio y que además se convalida por una sesión de pesas en el gimnasio, (dos propósitos en uno). Ahora en serio, es fácil y el resultado es el mismo que con la licuadora, aunque un poco más diluido. Así que si no la tienes espérate un segundo, no hace falta que salgas corriendo a por una, vale más la pena que empieces así y si después le coges el gusto y ves que lo de hacer zumos y chupitos de wheatgrass va contigo, inviertes en una buena.
Paso a paso:
Trocea 60-70 gramos de wheatgrass con un cuchillo sobre una tabla.
Llena ¼ del mortero.
Machaca bien las hojas de wheatgrass contra las paredes del mortero.
Ve añadiendo agua poco a poco.
Colocar la mezcla en un colador y con la ayuda del mango del mortero ayuda a pasar todo el líquido a través de él.
Repite el proceso hasta que las hojas queden blancas
3. Batidora
Esta forma también es rápida y sencilla, personalmente es la que más utilizo.
Coloca los 60 gramos de wheatgrass en la batidora junto con medio vaso de agua.
Bate hasta que se haya formado una pasta verde.
Cuela.
Bonus: Hacer el cabra también funciona
Para serte sincera no quería ponerlo en el blog por pura vergüenza, no quería que el mundo me viera masticando hierba, para que te voy a engañar. Pero lo cierto es que utilizo este método bastante, sobre todo cuando quedan pequeñas porciones de wheatgrass que no dan para chupito. ¡Básicamente consiste en masticar! Eso sí, esto es como cuando tus padres te avisaban con el chicle de pequeño, cuando ya no hay sabor: para fuera!
Así que, ¡a rumiar se ha dicho!
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Fuentes:
Wheatgrass y anemia: Indian Pediatr. 2004 Jul;41(7):716-20.
Wheatgrass y detoxificación: Nutr Cancer. 2003;46(2):212-21.
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