Antes de empezar quiero agradecer a Roberto de @huerto_fedello, el que aceptase la invitación para la sección de "el invitado de hoy es...." Además con un tema que a mucha gente le produce mucho respecto e incluso "repulsa" y tengo que decir que estoy entre esa gente que tiene fobia, probablemente infundada, a un animal cuya fama no le hace justicia. Dicho lo cual vayamos con el post!!!
Las serpientes, esos animales "malditos" y sus beneficios en el huerto.
Quería agradecer a Juanjo la invitación para escribir este pequeño artículo sobre uno de los animales con peor prensa: las serpientes (culebras y víboras). Y teniendo en cuenta la fobia que transmiten, doblemente agradecido, porque a pesar de eso, las respeta. Es precisamente lo que busca este pequeño texto, dar a conocer a las serpientes para transformar ese miedo o rechazo en respeto y curiosidad.
Las serpientes son esos animales “malditos” desde tiempos remotos, asociados culturalmente al mal, como nos cuenta la iglesia, tentando a Adán y Eva a morder la manzana, sin embargo, son parte fundamental del equilibrio ecológico, como buenos depredadores, de otras serpientes incluso y como presa para otro tipo de animales. En España viven 14 especies de las 45 citadas en Europa. De ellas, 11 son culebras y 3 son víboras (las que tienen el veneno más peligroso). las víboras tienen las pupilas verticales, como los gatos a diferencia de las culebras, que las tienen redondeadas.
En el huerto son muy interesantes porque pueden alimentarse de numerosos animales, algunos considerados “plaga”, como ratones, ratas, topos, aves, orugas, gusanos, escarabajos... Éstos, a su vez, también son fauna necesaria para mantener la biodiversidad de nuestro huerto o jardín, formando parte de esa delicada cadena alimenticia que nos proporciona más beneficios que problemas. Por eso es muy importante no utilizar venenos o sustancias tóxicas, que a través de la cadena alimenticia, perjudica a más animales de los que podemos imaginar.
Las serpientes no son agresivas, si no se sienten atacadas y si notan nuestra presencia, huirán sin dudarlo. Son muy sensibles a las vibraciones del terreno, por eso es fácil que se vayan antes de que nos demos cuenta de que están ahí.
Algunas son venenosas, por eso no es buena idea manipularlas sin conocimiento y sin saber qué especie estamos tocando, como nos muestra la televisión de manera algo irresponsable. Su piel es dura y poco flexible, no crece como en los mamíferos y a medida que van creciendo, realizan varias mudas de piel para ajustarse al tamaño del animal. Ese fenómeno se llama ecdisis y por eso, en ocasiones, podemos encontrarnos pieles vacías de serpientes en el campo. Son animales de sangre fría, es decir, no pueden regular su temperatura corporal y dependen del calor que proporciona el sol para calentarse y recargar energía, por eso es fácil encontrarlas sobre los muros o encima de las piedras, “tomando el sol” en los días más cálidos.
Las serpientes, en invierno o con el frío, bajan su actividad y se aletargan, con un fenómeno llamado “brumación”, que a diferencia de mamíferos como los osos o lirones, que duermen varios meses, las serpientes no realizan una hibernación total, sino que, en función de la temperatura ambiente, buscan refugio en huecos o árboles, pilas de leña o piedras, por eso hay que prestar atención si rebuscamos por el terreno, buscando setas, etc.
Como curiosidad, la serpiente es el símbolo de las farmacias, sale enroscada en una copa, que representa a la de la diosa griega de la salud, Higea, y simboliza el poder del veneno, que mata o cura, una vez convertido en medicamento. De esta diosa Higea, por cierto, deriva el término higiene.
Muchas gracias por leer este pequeño artículo. Espero que te resulte interesante y te haga ver con mejores ojos a las culebras y serpientes. Y como dice Juanjo, nos vemos en la huerta!!
Pues hasta aquí el post de hoy, Agradecer de nuevo a Roberto su colaboración y que nos haya hablado, de un animal que tiene su papel en la naturaleza y que hace más bien que mal. Es cierto que algunas personas han sufrido la mordedura de alguna de ellas y algunas con consecuencias graves, pero tenemos que tener en cuenta que en la mayoría de las veces han sido imprudencias o accidentes. En raras ocasiones se producen mordeduras por el ataque directo.
Yo seguiré trabajando para intentar solucionar mi fobia, aunque como la mayoría de las fobias, al ser irracional probablemente no pueda superarla nunca pero por lo menos lo que sí tengo claro es que matarlas por el hecho de que a mí me provoque ansiedad o miedo al verlas no es la solución.
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Foto de David Clode en Unsplash
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