Y que mejor manera de empezar esta sección que con la hortaliza más popular y difundida del planeta: El tomate.
Un poco de historía: El tomate fue introducido por los conquistadores españoles en el siglo XVI como planta ornamental y hasta 200 años más tarde no empezó su producción para consumo alimentario, parece ser que su color rojo sangre fue la causa de que en Europa no se terminaran de decidir a su consumo y prueba de ello es que las variedades que primero entraron a formar parte de nuestra dieta fueron las de color amarillo. Su procedencia es del sur y centro de América y parece que su nombre procede del azteca tómatl.
Cultivo y Botanica: El nombre cientifico del tomare es Solanum lycopersicum y Lycopersicon esculentum y es una es una solanácea rastrera que produce flores amarillas y frutos diversos en tamaño y forma,
generalmente rojos, aunque los hay de tonalidades amarillas, rosadas y verde oscuro, incluso rayados. Es una planta perenne que en España se cultiva como anual debido a que no soporta las temperaturas frias de nuestro clima. Las hojas son compuestas (cada hoja está formada por hojas más pequeñas llamadas foliolos en un número de 7 a 9).
De cara al cultivo, la clasificación se reduce a dos tipos: determinadas o de crecimiento limitado, e
indeterminadas, de crecimiento ilimitado.
Las variedades más cultivadas son: Tomate de Ensalada (se recolecta un poco verde y su tamaño es más bien grande), Tomate de Rama o Canario, Tomate Cherry (de tamaño muy pequeño), Tomate Pera o Kiwi-Pera (De forma ovalada y de tamaño medio) y Tomate Colgante (de gran sabor y utiizado para untar).
Se cultva a partír de semilla o por plantel.
Si se cultivan a partir de planteles se plantan desde marzo en zonas de clima suave. En las más frías conviene esperar hasta abril si se van a plantar sin protección.
Necesitan unos 40-50 centímetros de separación para crecer. Se adaptan bien al cultivo en maceta, pero en contenedores amplios mejoran su rendimiento. Solo los ejemplares de mata baja pueden
prescindir de los tutores “y son poco productivos”. Si el clima es favorable, a partir de los dos meses del trasplante es posible empezar a obtener frutos. Y la recolección puede durar todo el verano, hasta que
llegue el frío. Si se opta por la siembra, debe realizarse desde finales de enero y siempre en semillero protegido, con máxima iluminación y manteniendo una humedad constante pero sin excesos.Una serie de medidas básicas mejoran los resultados: “Sembrar a medio centímetro de profundidad en una bandejita perforada (para que el agua no se acumule en la base) rellena de turba; humedecer y guardar en un lugar cálido hasta el inicio de la germinación. Luego, sacar la bandeja al exterior, al sol, cubriéndola con un cristal a modo de invernadero, y meter en casa durante la noche”, explica Salvatella. Solo queda “trasplantar cuando lasplántulas tengan 4-5 hojas”.
Cuidados. La temperatura óptima para su desarrollo oscila entre 20 y 30 grados durante el día y entre 1 y 17 grados por la noche; por debajo de 10 grados la planta no crece. Exige luz solar —en sombra la producción se resiente—y buen drenaje. El riego es clave tras el trasplante. Una vez bien establecida la planta conviene dejar secar el sustrato entre riegos. Respecto al abonado, hay que mantenerlo toda la etapa productiva (personalmente me declino por los estiercoles de oveja o gallinacea aunque no son fáciles de conseguir por lo que pueden sustituirse por estiercol de caballo o compost mas asequibles comercialmente) Solo serán precisas dos tareas más: el entutorado y la poda. Se pueden utilizar cañas o palos como tutores, a los que habrá que atar los tallos. La poda consiste en eliminar los brotes laterales
para dejar una o dos guías—tallos principales— por planta.“De ese modo se consiguen mejores frutos, más grandes, y una producción más adelantada”,
En contenedores son especialmente apropiadas las variedades‘Roma’, ‘Cherry’ (especialmente cuando escasea el espacio),‘Raf’,‘Negro de Crimea’, ‘Marglobe’, ‘Marmande’, ‘Muchamiel’, ‘Tres Cantos’, ‘Valenciano’, ‘Mallorquín’.
La tomatera la podemos asociar (si el espacio lo permite) con zanahorias, acelga, ajo, albahaca, cebolla, escarola, espinaca y puerro y no es aconsejable asociarla con las de su misma familia como pueden ser los pimientos o las berenjenas.
Respecto a las plagas las más comunes en terraza son la mosca blanca, los pulgones y algunas orugas.
Por último indicaros que aunque casi todas las variedades se adaptan más o menos bien en maceta es mejor no emplear hibridos ya que se utilizan para mejorar la producción y el objetivo deberiamos centrarlo en obtener más bien un buen sabor utilizando variedades originales y si pueden ser autoctonas mejor que mejor y en vez de obtener las semillas de tomates comprados cuya procedencia es casi imposible de determinar y suelen ser hibridos merece la pena hacerse con semillas mediante compra o intercambio.
Buena cosecha!