Os muestro a continuación el estado actual de mi planta para que os hagáis una idea:
Seguro que los más entendidos ya sabréis que le sucede... lo trataremos después. Antes de nada, quería daros algunas recomendaciones para cuidar este tipo de plantas:
Debe tener una maceta bastante ancha y poco profunda. Nada de macetas pequeñas o pesadas, ya que nos será complicado moverla dentro de casa, o al revés, cuando sea oportuno.
El suelo del aloe vera debe ser poroso y nutritivo. Se recomienda introducir en la maceta un poco de tierra con arena o perlita. Debe ser un terreno de fácil y rápido drenaje, ya que es una planta que no soporta estar mucho tiempo en contacto con el agua.
En primavera conviene abonar el suelo con humus de lombriz.
En invierno es conveniente que esté en el interior, sobre todo cuando hay grandes heladas y temperaturas muy bajas. Si no es el caso, para que soporte las temperaturas gélidas del exterior conviene cubrirla.
Debe tener la mayor luz posible, aunque con especial cuidado a que las hojas no se quemen como me sucedió a mi. Mi planta estaba recibiendo demasiado sol y por ello decidí situada en la mesa del patio, protegida por la sombrilla.
El regado no debe ser habitual, solo cada 15-20 días, utilizando poca agua y vertiéndola directamente sobre la tierra. Si la regamos demasiado puede que la planta se pudra. Si observamos que las hojas están muy delgada y con apariencia arrugada, significará que necesita más agua.