Ya es el segundo año que la siembro en maceta y no en semillero. Esto lo hago así porque la planta se desarrolla perfectamente en maceta y es muy cómodo porque puedo trasladarla de sitio de acuerdo al comportamiento del clima.
Como toda planta que se vaya a transplantar, hay que acostumbrarla poco a poco al sitio definitivo para que la planta no se estrese, para ello la podemos exponer al sol y al aire libre un par de horas al día durante una semana.
En la zona en la que vivo, La Rioja, hasta abril o hasta que el clima se estabilice y no amenace con helar, permanecerá protegida del frío. Una vez que se asiente la primavera y su clima más benigno, la trasladaré al huerto.
Quizás, como hice el año pasado, trasplante algunas de estas plantitas directamente a la tierra, cerca de donde vaya a plantar tomates y pimientos, ya que es una asociación muy benéfica.
Como casi todas las aromáticas, se desarrolla mejor en un lugar expuesto al sol para exhibir todas sus virtudes: aroma, verdor, vigor, etc.
Si aún no has sembrado albahaca, no te preocupes, aún estás a tiempo.
Albahaca sembrada en maceta, el 14 de febrero, hace algo más de 1 mes.
El año pasado las sembré en dos tandas con una diferencia de un mes de tiempo.
La segunda tanda de plantas no sólo llegó a alcanzar la altura de las primeras sino que, gracias al clima ya más templado, se desarrolló con más vigor y rapidez.
Así que manos a la obra... ¡A sembrar albahaca!
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