El Orégano es una planta perenne, que se puede consumir en fresco o en seco, conservándolo en un bote de cristal.
Aparte de su consumo en la cocina, es considerado como planta medicinal debido a su potencial antioxidante y antimicrobiano. Tomado en infusión ayuda a calmar la tos.
Se le considera un cultivo totalmente mediterráneo, ya que para su crecimiento el clima templado es ideal.
Crece bien en suelos húmedos que no encharcados, ricos de materia orgánica. Aunque le gusta los suelos ligeramente húmedos, no conviene regar en exceso y evitaremos en todo momento los encharcamientos.
Los sustratos que contienen mezcla de turba y arena, son ideales para su cultivo en maceta cerca de una ventana.
La planta de Orégano puede durar cerca de los 10 años si la cuidamos adecuadamente. Es bueno que el primer sustrato donde se siembre la planta está bien abonado. Y regularmente añadamos nutrientes al sustrato, incorporando fertilizantes con los tres nutrientes indispensables, nitrógeno, fósforo y potasio (el triple NPK).
A final de verano cerca de mitad de otoño, veremos que la planta pierde sus hojas y parece secarse. Es entonces cuando las hojitas están listas para empezar a cosechar.
Podemos cortar ramillas que veamos están plagadas de hojas, o si no queremos recortar la planta cosecharemos simplemente las hojas. Debajo de las ramas rodeando el tronco, situaremos una lámina de papel de plata, donde recogeremos las hojitas que queremos cosechar.
Las dejaremos secar delante de la venta o en espacios abiertos, pero cuidando de que no haya corrientes de aire que las tire. Una vez secas las desmenuzándolas en trocitos más pequeños, y las guardaremos en un bote de cristal, por ejemplo un bote de especias.
Para conseguir su multiplicación podemos hacerlo de varias maneras, todas fáciles y económicas.
Podemos sembrar semillas a boleo a principios de primavera. Cuando el plantero tenga un tamaño considerable, sembraremos las plantas individualmente.
También podemos hacerlo por esquejes, cortando ramillas de entre 15 – 20 cm y sembrándolas en macetas en el interior de casa.
Y por último podemos dividir las plantas, dividiendo la planta madre en distintas partes asegurándonos de que cada parte tenga buena cantidad de raíces.