Probablemente este delgado y hermoso brote es el más conocido dentro de la clasificación y uno de los más codiciados. Por eso se explica su alto precio en las verdulerías. No es de cosecha rápida porque se demora en madurar, pero una vez establecido, el espárrago es capaz de proveer delicias frescas cada año. Si bien es posible empezar a cultivar espárrago desde las semillas, puedes acelerar el proceso de la primera cosecha en un año o dos al plantar tallos maduros. Los tallos son muy comunes en centros de jardinería durante la primavera, o si conoces a alguien que también cultiva espárragos, puedes pedirle que te dé algunos tallos cuando cultive su producción.
4. AJO
El ajo necesita mucho sol, aunque puede estar en zonas de sombra parcial. El suelo tiene que estar cavado y quebradizo –mejor si se trata de una zona con suelo arcilloso–. El suelo deberá estar bien drenado y es recomendable que uses compost y estiércol para darle nutrientes a la tierra. Para sembrarlo necesitas dientes frescos que puedes adquirir fácilmente en un mercado local, algún amigo con huerta o una granja. Debes escoger una cabeza de ajos que tenga dientes grandes y que no estén blandos, ya que de cada uno de ellos brotará una planta.
Si tienes un ajo en casa que haya empezado a brotar, puedes usar ese. Siembra los dientes más grandes del ajo a 5 cm bajo la tierra (y 20 cm entre sí) con la punta hacia arriba. Riégalos frecuentemente. También puedes cubrirlos con un mantillo que incluya heno, hojas secas, paja, compost, estiércol descompuesto o recortes del césped que estén podridos.
5. ALBAHACA FRESCA PARA TU MESA
Selecciona algunos tallos de 10 cm aproximadamente y déjalos en un vaso con agua donde les llegue luz directa. Cuando las raíces crezcan hasta los 2 cm, plántalos en una maceta y ya tendrás tu planta de albahaca para condimentar tus comidas.