El té proviene de la planta Camelia Sinensis, que crece principalmente en China y el sur de Asia. Su cultivo en otras regiones es mínimo y en Europa solo hay un campo que se encuentra en la isla de San Miguel, en Portugal. Esta exclusividad en cuanto a zonas de crecimiento no le exime de una notable variedad. Si bien todos los tés nacen de la misma planta, factores como el grado de oxidación y el momento de la recogida influyen en el resultado final y por ello hay diferentes tipos de tés. Negro, rojo, verde, azul y blanco son los tipos más conocidos.
El té negro
El té negro destaca por un alto porcentaje de teína, que es una sustancia que tiene el efecto de estimulante para reducir las sensaciones de sueño y cansancio. Es uno de los tipos más consumidos, tanto por su capacidad para mantenernos despiertos como por un sabor intenso que absorbe todas las propiedades de la planta. Estas sensaciones se producen porque es el modelo con un mayor grado de oxidación. Debido a su nivel más fuerte, el té negro se toma a primera hora del día, ya que sus efectos se mantienen durante bastantes horas.El té negro es ideal para mantenernos despiertos por su alto contenido de teína
El té verde
El estilo más diferente al negro es el té verde, que destaca por un mínimo nivel de oxidación con el objetivo de mantener sus poderes antioxidantes. Tiene un sabor suave y se puede consumir en cualquier momento, incluso es habitual consumir hasta cuatro tazas al día. Se recomienda tomarlo entre las comidas, para que sus efectos beneficiosos tengan más influencia sobre el organismo. El limón es el mejor aliado para el té verde, pues le aporta el toque de sabor necesario para conseguir un resultado ideal.El té verde es un potente antioxidante para mantenernos siempre jóvenes
El té blanco
También destaca por su bajo índice de teína el té blanco, que se produce con las hojas más tiernas de la Camelia Sinensis. Su grado de oxidación es muy reducido, por lo que, al igual que en el verde, se conservan los antioxidantes naturales. Es el menos procesado, por lo que tiene un sabor suave y la sensación que deja es de frescura, por lo que es muy habitual en la época estival. La particularidad del té blanco es que reduce los niveles de calor dentro del cuerpo. Es, además, uno de los modelos con más variedades y está entre los más consumidos.El té blanco es el más consumido en verano por ser el más suave y fresco
El té rojo
El té rojo se caracteriza por un intenso proceso de elaboración, ya que su fermentación y almacenamiento se prolonga durante más tiempo que en los otros tipos. Es la acción del añejamiento, muy habitual en el vino, que en el caso del té se traduce en un sabor y un color muy característicos. Este proceso puede durar varios años, lo que convierte al rojo en uno de los tés más famosos y demandados. Los emperadores chinos lo consideraban un tesoro, pues la complejidad de su producción reducía las posibilidades de distribución y lo situaban como un producto exclusivo.El té rojo es el más añejo de los tés y era considerado por los emperadores chinos como un tesoro
El té azul
El azul es el quinto tipo de té que surge de la planta Camelia Sinensis. También se conoce como té oolong y destaca por un nivel bajo de oxidación. Su color, entre verde y azul, le da nombre. El resultado es un sabor suave y afrutado que lo diferencia del resto de las clases de té. La dificultad para encontrar las plantas adecuadas para producirlo es otra de sus particularidades, ya que las mejores variedades se encuentran en la isla de Taiwan.El té oolong o azul es de sabor suave y afrutado y posee un nivel muy bajo de oxidación
¿Cómo es la planta del té?
La Camellia Sinensis crece principalmente en Asia y es una planta de hoja perenne que puede alcanzar los dos metros de altura. Necesita un clima alejado de los extremos y con alta intensidad de lluvia, especialmente durante las estaciones de otoño e invierno.Existen tres variedades de la planta del té que se identifican por su lugar de origen. Se trata de Sinensis, Assamica y Camboyana; todas ellas bajo el amparo del nombre de Camellia Sinensis. La Sinensis y la Assamica son las más comunes mientras que la Camboyana se utiliza para realizar cruces entre varios tipos. Si quieres conocer más información sobre este produco puedes visitar elbuente.
La exportación de esta planta a Europa, por parte de Inglaterra durante el siglo XVI, significó su expansión por el mundo. Era un motivo comercial que ha tenido notables consecuencias sociales y económicas; y que explica el estilo de vida actual. Si bien Asia copa, en este siglo XXI, la mayoría de producción del té (China e India acogen el 60 por ciento de la producción mundial), otras regiones del planeta vieron una oportunidad de negocio y cuentan con plantaciones. Turquía al Este de Europa, Argentina en Sudamérica y Kenia en África son países que se han lanzado al cultivo de Camellia Sinensis.
Fotografías: Pixabay
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