Para ello es fundamental tener una huerta orgánica, un lugar ideal para obtener productos de gran calidad que pasen directamente a la mesa de los comensales, sin ningún tipo de tratamiento.
Motivos para crear una huerta ecológica
Cuando se empieza cualquier negocio es normal preguntarse los motivos que llevan a crearlo. Se necesitan una serie de razones que sean convincentes y que tengan fuerza para respaldar el proyecto.
Buena alimentación: en la actualidad es difícil encontrar alimentos que no hayan sido tratados con pesticidas y demás químicos así como que tengan algún tipo de proceso transgénico. Todo ello para que tengan una mayor durabilidad y una mejor imagen, perjudicando la salud de las personas. Con la huerta se puede tener algo saludable y de forma natural.
Escasa competencia: sin duda un modelo de negocio donde la oferta es muy baja pero donde la demanda es elevada. Además anticiparse sirve para conseguir posición en el mercado. Algo muy rentable para los tiempos que corren.
Siempre hay efectivo: la mercancía apenas dura pues se vende cada día, con el consiguiente flujo de efectivo hacia la caja. No se está pendiente de cobros a largo plazo que pueden generar deudas.
¿Qué requisitos son necesarios?
Tierra fértil: algo fundamental para que los productos salgan adelante pues de lo contrario pueden surgir numerosas complicaciones o simplemente no tener nada.
Multitarea: no sólo hay que tener un terreno, también hay que prepararlo para poder plantar en él y cuidarlo a menudo.
Permisos: como cualquier otro tipo de negocio se necesitan los documentos pertinentes para ponerlo a funcionar, además en este caso se necesita la aprobación del Ministerio de Sanidad.
Vivienda: lo más cómodo es tener un lugar junto al huerto para poder atenderlo siempre que sea necesario así como un espacio donde poder guardar herramientas y aperos agrícolas
Diferentes modelos de inversión
Puedes optar por partir de cero y comenzar con la compra de un terreno. A partir de ahí prepararlo para que sea viable su utilización como huerto orgánico. De esta forma tendrás tú todo el control y lo harás de la manera que prefieras.
En el lado contrario está la opción de optar por un alquiler donde pagas por el uso de una huerta que ya está operando. Te ahorras todo el trabajo pero tienes unos costes fijos más elevados cada mes.
Edith Gómez, editora en Gananci, apasionada del marketing digital y especializada en comunicación online.
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