La mosca blanca es un pequeño insecto chupador que ataca a nuestros jardines de manera muy dañina. Son pequeñas moscas con un polvo blanco por encima que absorben la savia de nuestras plantas y además crían en sus hojas. Dejan los huevos hasta que nace la larva y se queda a vivir allí.
La mosca blanca es muy peligrosas en espacios cerrados y con altas temperaturas y humedad ya que es el clima que les gusta. Provocan grandes daños en las plantas al sacarles el alimento dando lugar a la sequedad en sus hojas, un color amarillento y la pérdida de follaje. Se puede observar si movemos la planta y sale un polvillo blanco.
Para controlar esta plaga de la mosca blanca debemos limpiar las malas hierbas de nuestro jardín, ya que además se traspasan de una planta a otra. Hay que intentar actuar lo antes posible para que no se expandan. Por ello, antes los primeros síntomas podemos utilizar productos químicos con constancia hasta la eliminación total de la plaga. Un truco que se utiliza sobre todo en invernaderos es colocar paneles amarillos con pegamento porque se sienten atraídas por este color y así, no llegan a nuestras plantas. Lo más importante es acabar con la plaga y no abandonar la planta sin haberla tratado.
Así que ya sabéis, ante cualquiera de estos síntomas, poneos manos la obra para evitar que se expanda. Es una plaga muy difícil de eliminar y de las más peligrosas.
Imagen: Eran Finkle/Flickr