En la huerta, para el consumo de la familia, cultivamos frutas, frutos rojos, verduras, legumbres, tubérculos y hortalizas, además, aprovechamos el terreno labrado para cultivar también calabazas de adorno, esponjas vegetales y varias clases de flores, como los gladiolos.
Gladiolos en la huerta
Las plantas
Los gladiolos son plantas herbáceas de la familia Iridáceae que se desarrollan a partir de un tallo subterráneo denominado cormo.
Son originarios de la cuenca mediterránea y de África austral. Existen variedades silvestres, pero las especies cultivadas y comercializadas como flor cortada son híbridos, con diferentes tamaños y colores.
Los gladiolos se reproducen tanto por tubérculos como por semillas.
Gladiolos cultivados
En una planta distinguimos estas partes:
Cormo. Es un tubérculo subterráneo, originado por un engrosamiento del tallo, con estructura maciza, grueso, de forma redondeada/achatada y está cubierto por unas escamas o túnicas, que son el resto de las hojas. Está cargado de sustancias de reserva, sobre todo almidón. Tiene una yema vegetativa principal y otras secundarias situadas lateralmente.
El cormo se renueva todos los años y sobre el antiguo surge uno nuevo con una o varias yemas auxiliares.
Raíz. Son fasciculadas y surgen del cormo.
Hojas de gladiolos
Hojas. Surgen de la base todas y su número es variable, entre 1 y 10. Las inferiores están reducidas a vainas, las superiores son lanceoladas y están recubiertas de una cutícula cerosa.
Tallos florales de gladiolos
Tallo floral. Es la prolongación del cormo y puede alcanzar hasta un metro y medio de altura. Desarrolla una inflorescencia floral donde surgen hasta veinte flores dispuestas en forma de espiga. Las flores son bisexuales, con tres estambres y un pistilo en cada flor, carecen de pedúnculo (sésiles) y cada una está rodeada de una bráctea y una bractéola, la corola es simétrica bilateralmente, tubular, con 6 lóbulos ligeramente desiguales.
Gladiolos cortados
Cultivo
Hace más de veinte años que le regalaron al abuelo unos cormos de gladiolos (él los llama ajos). Son plantas híbridas con llamativas flores de color rojo purpura y que reproduce con éxito cada año en la huerta.
Gladiolo
Una vez labrada y asurcada una pequeña zona marginal y bien soleada de la huerta, que cambia cada año, siembra unas cincuenta plantas de gladiolos. Con los cormos seleccionados del año anterior realiza tres siembras escalonadas, desde mediados del mes de mayo, hasta mediados del de junio.
Ayudándose de un golpe de azada entierra el ajo en lo alto de un surco, el siguiente lo siembra a unos 20 cm del anterior. La siembra es bastante profunda, entre 15 y 20 cm, para conseguir un buen anclaje y evitar que al crecer se caigan los tallos florales. A cada planta la coloca un tutor o vara y si han surgido varios tallos arranca con las manos los más débiles dejando únicamente uno, el más fuerte por planta.
Gladiolo
Hay que eliminar las malas hierbas, lo hacemos de forma manual ayudándonos de la azada y se riegan por inundación cada siete días, en verano.
Aunque, como ya os hemos contado, tendemos a no introducir simientes comerciales, desde hace dos años sembramos, además, otros gladiolos híbridos de espectaculares colores. Los cultivamos separados de los otros y ya los hemos reproducido con éxito.
Los tallos florales de los gladiolos surgen entre las 4-6 semanas posteriores a la plantación. Los cortamos cuando tienen abiertas entre cuatro y ocho flores, el resto se abrirán paulatinamente si las colocamos en un florero con agua.
Ramo de gladiolos
Aunque no recojamos las flores es conveniente que cortemos todos los tallos florales, así favorecemos que acumulen sustancias nutritivas los cormos y nos aseguraremos su floración en la siguiente siembra.
Durante los meses de julio, agosto y septiembre es extraño que falten en casa flores frescas de gladiolos.
Reproducción
Se reproducen por semillas para obtener nuevos cultivares, pero es habitual reproducirlos vegetativamente, por cormos.
En invierno la parte aérea de las plantas, restos de tallo y hojas se secan. Las eliminamos con la mano y ayudándonos con una azada extraemos todos los cormos.
Despreciamos los más pequeños y el resto los ponemos a secar al sol directamente, pero si no es posible, los extendemos sobre sacos de pita bajo techo.
Una vez secos los sacudimos bien para eliminar la tierra adherida, sin mojarlos, y los colocamos en una banasta de madera, en el casillo, donde la temperatura es fresca y con pocas variaciones, el ambiente es seco, con buena ventilación y oscuridad. Allí los almacenamos hasta la siembra del año siguiente.
Es importante que separemos de las distintas variedades para no mezclarlas. Si tenemos dudas podemos eliminar las hojas externas que cubren los cormos y veremos que son de diferentes colores.
Curiosidades
La palabra “gladiolus” es un diminutivo de “gladius” que es el término latino con el que se designaba la espada. Hace referencia a la forma de las hojas de estas plantas. En la antigua Roma se entregaban a los gladiadores como reconocimiento de su victoria. Hoy es una de las plantas más cultivadas para la comercialización de flor cortada.
Si dejamos los ajos en la tierra sin extraerlos hasta la primavera siguiente saldrán muchas plantas, juntas, con poco vigor y pequeñas. La mayoría no florecen. Por eso es recomendable arrancarlas y cultivarlas todos los años.