De la judía aprovechamos su fruto, una vaina que se puede consumir fresca cuando es joven (como judía verde) o bien seca cuando se deja madurar y se desgrana (como legumbre).
La judía, de nombre científico Phaseolus vulgaris, pertenece a la familia de las leguminosas al igual que guisantes, habas, lentejas,…
VARIEDADES:
Las judías trepadoras o de enrame, llamadas así porque trepan enredándose a cualquier soporte que tengan disponible (tutor, valla,?) ya que tienen un tallo voluble. Pueden medir 2-3m de altura y presentan una gran productividad, por lo que son las más idóneas para cultivar en terreno cuando disponemos de espacio.
Las judías de mata baja o enana son erguidas y tienen un crecimiento menor, alcanzando unos 30-40 cm de altura. Son las más indicadas para cultivar en pequeños espacios y en macetas.
También se pueden diferenciar por el tipo de vaina, en judías de vaina plana o aplastada y en judías de vaina cilíndrica o redondeada.
Suelo y clima:
Son de clima cálido, ya que tiene su origen en centro y sur de América. No soportan las heladas. Las raíces son ligeras y poco profundas por lo el cultivo ecológico de judías debe realizarse en suelos o sustratos ligeros y ricos en materia orgánica.
Siembra:
Se siembran de abril a julio-agosto, si son para consumir frescas.
Si son para desvainar conviene no sembrar muy tarde (hasta junio) para que dé tiempo a que maduren antes de la llegada de los primeros fríos.
En el terreno, las semillas se entierran a 3 cm de profundidad. Se compacta la tierra y se riega. Se dejan 40 cm de separación entre hileras para las variedades enanas y 70 cm para las variedades trepadoras.
En recipiente, sembraremos también a unos 3 cm de profundidad 1 semilla por maceta y 2 – 3 semillas separadas unos 40 cm en el caso de mesas de cultivo. Elegir preferentemente variedades enanas.
Labores y cuidados:
En el cultivo ecológico de judías verdes de enrame es necesario disponer tutores o mallas de enturorar (de 2 m de altura) a lo largo de toda la hilera de judías para que trepen por ellos.
Las judías son exigentes en la cantidad y la frecuencia de riego. Este debe ser abundante sobre todo durante el verano evitando siempre mojar las hojas.
En cuanto al abonado, no necesitan aportes de nitrógeno ya que ellas mismas son capaces de fijar el nitrógeno del aire como nutriente del suelo gracias a la simbiosis con el hongo Rhizobium.
Malla para entutorar judías de enrame
Recolección:
Las judías verdes se recogen 2 meses después de la siembra (de julio a octubre), de forma escalonada hasta que empiecen a engrosarse lo granos.
Conviene eliminar las hojas viejas una vez que se ha iniciado la recolección para mejorar la ventilación de la planta y reducir el riesgo de enfermedades. Permite además aumentar la calidad y cantidad de la producción.
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