Si, además, llueve casi todos los días como está pasando en Logroño sumado a que los días son tan cortos que a las 6 de la tarde ya oscurece, prácticamente sólo paseamos por el huerto para contemplar una y otra vez que todo sigue igual.
Las brasicáceas o crucíferas soportan muy bien el clima invernal.
Las plantas crecen muy lentamente, incluso aquellas a las que el frío les va bien como son la coliflor, berza, coles de Bruselas, brócoli, lombarda y romanescu, pertenecientes a la familia de las Brasicáceas, llamadas también Crucíferas por tener flores de 4 pétalos dispuestos en cruz. Con esta familia de plantas podemos planificar un cultivo escalonado durante el invierno, cosechando aproximadamente desde noviembre hasta abril e incluso puedo decir que, este último verano, estuve cosechando berza en agosto.
Podemos disponer de lechugas todo el año ya que hay variedades que no le temen al frío.
Las únicas que parecen ser las protagonistas son las lechugas y las malas hierbas.
Pero la estrella del huerto es, sin lugar a dudas, el cardo que estuvo pacientemente esperando su momento para llegar justo a tiempo a la cena navideña.
El cardo espera pacientemente la llegada de la Navidad.
Si tenemos programador de riego no sólo lo vamos a apagar sino que es conveniente quitarlo y guardarlo para que el frío, las heladas e incluso la nieve no lo estropee. No lo necesitaremos porque incluso aunque no lloviera no haría falta regar más de una vez a la semana y, preferiblemente, con el agua a temperatura ambiente.
Las hortalizas protegidas en invernaderos, túneles, con plásticos, o con cualquier otro material, las debemos airear en el horario de sol evitando así acumulación de humedad que podría ser perjudicial para los cultivos.
Como en el jardín, las hojas secas de los árboles nos vendrán bien para hacer un acolchado protector de las plantas aromáticas a las que también les beneficiaría una estructura protectora por encima contra las posibles heladas.
Los guisantes siguen creciendo y hay que estar atentos por si necesitan que instalemos mallas. También tenemos la opción de cultivar guisantes de mata baja como sucede también con las judías.
En cuanto a las habas tenemos que estar atentos a que no se infecten de pulgones.
Un bancal con plantitas tiernas de habas.
A los árboles frutales jóvenes conviene que los forremos con paja y atemos con cañizo para proteger su corteza del frío.
Las fresas nos dan alguna alegría con sus frutos y son resistentes al frío.
Las fresas son resistentes a las bajas temperaturas.
Mientras los espárragos están a salvo de las bajas temperaturas por estar bajo tierra, las alcachofas necesitan que las protejamos del frío para que puedan desarrollarse para la siguiente primavera.
Como la tierra es muy agradecida, también es momento de recoger puerros, cebollas, acelgas, rábanos, ajetes, apio, y algunas berenjenas tardías.
A los puerros hay que recalzarlos para que estén tiernos.
Organizándonos bien ni la lluvia, ni el frío, podrán evitar que dispongamos de nuestras propias hortalizas durante todo el invierno.